Tras permanecer encarceladas por casi cuatro años, Teresa González y Alberta Alcántara regresaron a su pueblo, Santiago Mexquititlán, con la esperanza de la disculpa pública de parte de las autoridades que las acusaron del delito de secuestro.
Sin saber cómo harán frente a la vida de ahora en adelante, pero felices de volver a su lugar de origen, las mujeres otomíes fueron recibidas por la comunidad con una misa religiosa, en compañía de sus familiares y amigos más cercanos.