Xochiquetzalli: Embajadores del folclor
Si algo mantiene vinculados a un enorme grupo de egresados de la universidad Autónoma de Coahuila, con maestros, alumnos y personal administrativo del centro de educación superior, es la pasión por el folclor, que desde hace 18 años los hace coincidir entre vestuarios, escenografía y utilería, sobre diferentes escenarios de la entidad y el país, bajo el nombre “Compañía de Ballet Folclórico Xochiquetzalli”.
Son conocedores de una práctica artística que además contribuye con la preservación de las tradiciones culturales mexicanas, mediante una de las manifestaciones antropológicas más antiguas, la danza.
El nombre de la compañía en Náhuatl significa “Flor preciosa”, lo que los alentó a iniciar su aventura dentro del folclor el 21 de septiembre de 1992, bajo la dirección de Juan Carlos Aviña Rodríguez. A 18 años de anécdotas entre vestuarios, selección de coreografías, luces y montajes de ultima hora, el grupo se consolida como uno de los proyectos culturales de mayor presencia en el centro universitario.
La experiencia de quienes a pesar de haber concluido sus estudios, no logran desprenderse del proyecto al que llegaron en su etapa de estudiantes, se combina con los estudiantes que llegan año tras año con el objetivo de convertirse en embajadores culturales de una región.
Durango, Zacatecas, Nayarit, Michoacán y Chihuahua, son parte de los estados en cuyos escenarios se han presentado.
Para ninguno de los integrantes ensayos, vestuario, selección de temas y todos los demás requerimientos que se suscitan al momento de enriquecer el repertorio de coreografías, es una tarea ajena. De la misma manera que disfrutan cuando al término de los compases musicales y el movimiento que indica fin al cuadro, los aplausos de un auditorio reconoce la calidad de la puesta en escena, disfrutan todo el proceso previo que hay detrás del telón.
Poseedor de un estilo propio, sello que lo identifica sobre cualquier escenario que pisa, Xochiquetzalli ofrece un amplio repertorio que entrega a los espectadores una pincelada de las tradiciones populares del país y La Laguna, entablando un lenguaje visual directo, a través de herramientas como vestuario, música, escenografía y elementos básicos para la interpretación de cualquiera de los 8 programas que integran su propuesta dancística.
Algunos integrantes del ballet reconocen que en un inicio el reto de subirse a un escenario es muy grande, sin embargo lo que más ofrece seguridad no es precisamente la destreza que se puede adquirir mediante los múltiples ensayos, sino la confianza que produce saber que detrás de cada coreografía, cada vestuario y cada paso que se da con el ballet, hay un respaldo académico sustentado a través de las investigaciones que se hacen para tener una mayor claridad del origen y la importancia del folclor.
Con el respaldo y la supervisión del Instituto de Investigación y Difusión de la Danza Mexicana, delegación Coahuila, el grupo Xochiquetzalli recibe la experiencia y conocimientos de los especialistas que año tras años se reúnen en un congreso anual que tiene sede en un estado de la República, lo que permite conocer los orígenes del folclor indígena y mestizo de cada población.
Los intercambios culturales que han logrado entablar les ha permitido recibir la asesoría de maestros como Amalia Hernández (qepd) directora del Ballet Folclórico de México, Humberto Alba integrante del Ballet Nacional Folclórico de México, Silvia Lozano directora del Ballet Folclórico Xcaret y Carlos Enrique Berumen director del taller coreográfico Quetzalli de Tijuana, entre otros.
Ellos representan el nombre de una región que se ha caracterizado por la producción de grupos de danza de calidad. Lo que ha hecho que Xochiquetzalli represente en encuentros académicos y culturales de la región a otras instituciones que se dedican a esta disciplina artística, como la Escuela Superior de Educación Artística Quetzalcóatl, de Lerdo, Durango.
Cuenta con 44 bailarines que han hecho del baile una de sus actividades cotidianas, una disciplina que exige condición, precisión y fidelidad en su ejercicio escénico.