A seis meses de iniciada la administración de Eduardo Olmos, el tan publicitado “Rescate de Torreón” se encuentra en el olvido. El pavimento en varias calles ya se encuentra averiado, al mismo tiempo que la falta de alumbrado público es la constante en varios sectores de la ciudad.
A la mala imagen urbana se suma el deterioro en que se encuentran las áreas verdes y espacios recreativos de la ciudad. Tanto plazas ubicadas en colonias residenciales como aquellas de nivel socioeconómico más bajo carecen de mantenimiento.
Graffiti, basura, agua sucia en las fuentes y pasto seco, son la constante en espacios como La Plaza del Eco, la Plaza de Armas, el Parque Las Etnias, por mencionar sólo algunos. La falta de mantenimiento de esos espacios revela el poco interés de las autoridades municipales por el tener una ciudad limpia. Desinterés que se presenta cuando ni siquiera ha transcurrido un año de que el alcalde Eduardo Olmos tomará posesión del cargo.
Además el descuido de espacios públicos toma mayor relevancia en un contexto de inseguridad como el que se vive actualmente en Torreón. Ciudades como Medellín en Colombia y Palermo en Italia, han combatido al crimen con una estrategia integral que da prioridad al rescate de espacios públicos para los ciudadanos. Un municipio con calles sucias y edificios graffiteados, mandan un mensaje de ausencia de autoridad que invita a la delincuencia.
Es cierto, el problema no es exclusivo de Torreón. Tanto Gómez Palacio y Lerdo cuentan con espacios públicos en mal estado, sin embargo llama la atención de que mientras en la Laguna de Durango las autoridades ya terminan su gestión (lo cual no es excusa), en Torreón las autoridades aún ni siquiera han cumplido un año en el cargo.
Antes de anunciar proyectos espectaculares como la creación de un nuevo bosque, sería conveniente que las autoridades cuiden los espacios que ya existen. La basura y el graffiti, así como las fallas del alumbrado público nos obligan a preguntarnos, ¿dónde quedó el rescate de Torreón?