Desde que antes de que fuéramos niños las escuelas celebraban el Grito de la Independencia nacional en los días 15 y 16 de septiembre de todos los años; y el 20 de noviembre las dos revoluciones políticas y sociales del temprano siglo XX: La democrática--maderista ahí por los días 20 de noviembre de cada año e igualmente la carrancista-democrática en el día 26 de marzo.
Festejos cívicos escolares: Un desfile, presidido por el alcalde, y un corto acto cívico en el monumento de don Francisco I. Madero o de Venustiano Carranza, según la efeméride a recordar. En días anteriores recibíamos la explicación de nuestros profesores sobre el porqué, el cómo y el cuándo habían tenido lugar aquellos importantes sucesos que, a pesar de celebrarlos como triunfos de la violencia, también conmemoraban la victoria de las ideas de superación y busca de mejores condiciones de vida para todos los habitantes de la República mexicana.
Un día antes de aquellas fechas históricas hablábamos de ellas en el salón de clases. Nos decía el señor Gámez que "Si hubieran nacido en los meses y años en que vino al mundo el señor Francisco Ignacio Madero, o el mismo día, habrían tenido la oportunidad de compartir las áulas con él en esta escuela primaria, pues aquí nació don Pancho; y no sé, pero a la mejor podrían haber sido sido sus amigos, haber jugado con él y sus hermanos en la casa de sus padres, don Francisco y doña Mercedes, en la cercana Hacienda del Rosario: ¿Qué les parece?...Y ¿por qué no? Después se habrían convencido de su ideario político y de sus anhelos de justicia social para el pueblo; y dado el caso haber sido obreros textiles en "La Estrella" o laborarían en una de las empresas de la familia Madero aquí mismo, en Parras, o en otros municipios en los que don Evaristo Madero, su abuelo, tenía importantes negocios.
Después del recreo seguía la charla de historia del profesor Lorenzo Gámez, director de nuestra escuela; en días subsiguientes recorría otros salones explicando los motivos de don Venustiano Carranza para retomar la lucha armada y los que lo impulsaron a emprenderla: "Era un deber de justicia (nos decía) ante el proditorio asesinato del señor Madero, quiénen 1910 había declarado la revolución al eterno caudillo de México, el general Porfirio Díaz, quien había sido varias veces presidente, desde 1876 hasta el 11 de noviembre de 1911. A ver ¿cuántos años fueron? Si a 1876 le restan 1911 ¿cuántos años fueron?...
Durante su gobierno México progresó mucho, pero sólo en beneficio de una pequeña parte de los mexicanos, los ricos. Los pobres apenas tenían qué comer mientras que los adinerados eran dueños de las grandes haciendas. Los pobres apenas poseían un pedacito de tierra, y no la trabajaban ya no tenían dinero para financiar la siembra, el cultivo, los cuidados y los gastos de la cosecha.
El patrón ofrecía comprar la cosecha, pero pagaba muy poco, y los peones tenían que pagarle la simiente al patrón, les vendía el agua para el riego de media hectárea, les ofrecía la comida a cambio de laborar horas extra. No tenían horarios pues los obligaba a trabajar largas horas y como no acabalaban con la raya para pagarle los préstamos, el administrador del hacendado les hacía las cuentas largas, les cobraba intereses, los explotaba en una palabra.
Salíamos tristes de la escuela. "¿Adónde vas?" Nos preguntábamos unos a otros. "A cenar" era una triste respuesta, como otras que decían: "A ver qué alcanzo...a ver qué hay, a ver...a ver...Y eran los tiempos de la necesidad: hacía mucho tiempo desde Madero y Carranza, ya se peleaba la segunda guerra mundial...