Efectos. Los niños eran más sanos al menos hace una década porque al día quemaban muchas calorías a través de los juegos. ARMANDO ACEVEDO/ EL SIGLO DE DURANGO
"1, 2, 3 por mí y todos mis amigos" o "encantado", eran las frases que se escuchaban todas las tardes en las calles mientras los niños jugaban y se mantenían sanos.
Alejandro Campa Avitia, secretario de Salud de Durango, lamentó que hayan quedado atrás las costumbres de hace años: "había actividad física durante todo el día... jugaban al balero, los encantados, el juego tradicional".
Ahora, los menores prefieren jugar videojuegos y este cambio en el estilo de vida ha disminuido la cantidad y calidad de ejercicio.
Señaló como preocupación el que los infantes se queden hasta la 01:00 horas jugando algún videojuego de moda, a la par que consume algún producto de alto contenido en grasas o azúcares.
Luego, cuando el niño despierta no tiene hambre pues hace pocas horas dejó de comer, se niega a comer, y si acaso lo hace, puede provocar vómito.
El sedentarismo y la alimentación desbalanceada son los principales factores que detonan la obesidad; por ello, llamó a recuperar los juegos tradicionales como parte de la estrategia antiobesidad que se desarrollará el próximo año.
Exhortó a los padres a acostar temprano a los niños, a las 21:00 horas, para que al levantarse su organismo esté preparado para desayunar.
13 horas de TV semanales
El 30 por ciento de los niños de salón de clases padece sobrepeso u obesidad, señaló Alejandro Campa Avitia, secretario de Salud del Estado.
Enfatizó que hace una década en cada grupo se encontraban uno o dos menores con tal condición.
La Encuesta Nacional sobre Uso del Tiempo 2009 (ENUT), aplicada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), revela que la población de 12 años en adelante ve televisión 13 horas o más a la semana, sin distinción de sexo; pero son las personas de entre 16 y 20 años, quienes pasan más tiempo frente a la televisión, escuchan radio o navegan en internet 15 horas al día.
Por su parte, la Secretaría de Educación Pública (SEP) estima que los niños mexicanos ven la televisión cuatro horas al día; estudios internacionales sostienen un índice de cinco horas diarias.
