Por petición de aficionados, fieles lectores, púgiles y promotores regresamos con esta columna singular que ofrece una perspectiva boxística diferente y con verdades fundamentadas que se dan a conocer a la luz pública a pesar de la inconformidad de los protagonistas.
El sábado por la noche en Ciudad Obregón, Sonora, la anatomía y la ciencia biológica del ser humano quedaron al descubierto y recibió un duro golpe, ya que la zona hepática ahora se localiza a la altura del fémur, justo debajo de la cintura, o eso es lo que hicieron creer a los aficionados los comentaristas de la televisora del Ajusco en la disfrazada victoria que tuvo el "Travieso" Arce sobre Cecilio Santos, quien luego de recibir impresionante castigo del retador, ganó, pero sólo porque misteriosa e inexplicablemente su rival dejó de lanzar golpes y se amorcilló en las cuerdas.
Más allá de la actuación de Santos, comparada con la del "Gusano" Rojas, casualmente cuando le propinaban una paliza a Arce, los narradores Carlos Aguilar, quien se hace llamar el "Zar del Boxeo", cuando sabe del deporte de las narices chatas lo que un servidor conoce de física cuántica y aeronáutica a la vez, así como Eduardo Lamazón, sólo tenían elogios para el mochiteco, pese a que recibía más golpes de los que conectaba.
Pero no contaban con un sobrio Julio César Chávez, que fríamente analizó el combate durante los primeros cinco episodios, hasta que luego fue invitado a refrescarse en su ciudad natal y por arte de magia desapareció de la transmisión.
Y es que la cabeza de Arce rebotaba como pera loca cada vez que Cecilio Santos iba hacia el frente, incluso con dos golpes limpios y contundentes cortó al futuro próximo e inminente comentarista de la televisora que transmite sus combates. Habrá que saber si el boricua Eric Morel y Top Rank se prestan a las intenciones que tiene Zanfer, con Beltrán, los hermanos Brito y compañía.
Es cierto que el "Travieso" fue valiente, pero evidenció nula defensa y falta de técnica para evitar los impactos, y aunque trabajó con buenas combinaciones en el castigo al cuerpo de Santos, una vez más su victoria se empañó por un golpe que fue debajo de la cintura, como lo fueron la mayoría, sin que el boxeador capitalino tuviera el permiso de poder quedarse o reclamar los impactos ilegales.
Recuerden que nadie puede ganarle a Arce, ya que luego se cuelgan de su fama por espacio de cinco minutos, como lo dijo días atrás ejemplificando el caso cuando fue masacrado por Cristian Mijares, a quien, según él, no quiso el lagunero darle la revancha. Y cómo se la iba a dar, si el "Diamante" era el campeón y tenía que aceptar las condiciones del de Los Mochis, incluyendo patrocinadores y televisora.
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