El ojo derecho se cerró por completo. Fue entonces que el doctor del Departamento del Estado de Nueva York, Anthony Curreri, se subió al ring para revisar el estado de salud del boxeador Antonio Margarito. Después de preguntarle en tres ocasiones cuántos dedos veía y pese a que el mexicano le contestó acertadamente en todas las veces, decretó detener el combate en el décimo asalto.
Luego de una revisión de su órgano visual por el doctor que lo operó hace unos meses, se descartó una lesión más allá de una inflamación. Así lo dio a conocer el propio Margarito horas después de haber perdido ante el puertorriqueño Miguel Ángel Cotto.
“No siento que mi carrera esté en peligro. Estuvo aquí mi doctor que me operó, lo vio por dentro y me dijo que es la pura inflamación por unos tallones que me dio Cotto y por eso se me hinchó. No estoy preocupado”, dijo El Tornado de Tijuana, quien recibió 12 puntos de sutura en el párpado derecho.