Los ahorros de los clientes en una cuenta bancaria y que durante un plazo de tres años no realicen ningún movimiento se enviarán a una “cuenta global”, y si éstos no se reclaman tres años después se canalizarán a la beneficencia.
Una vez que el dinero se dirija a la beneficencia, los depositantes ya no podrán reclamar su dinero. En febrero de 2008, entraron en vigor cambios a la Ley de Instituciones de Crédito, donde se redujo de cinco a tres años el plazo para concentrar los recursos de cuentas sin movimiento y después, enviarlos a la beneficencia.
Salvador Espinosa, director ejecutivo de productos de captación de Scotiabank, reveló que a tres años de que entró en vigor la ley, los intermediarios iniciaron la notificación a los clientes que no realizaron movimientos, a fin de que activen su cuenta. Las instituciones tienen 90 días para establecer contacto con los depositantes, por teléfono, correo o mail.