Era una hora temprana para manejar sentimientos ambivalentes, pero me sucedió.
El pasado jueves me amanecí viendo la noticia del movimiento anti Wall Street, en Nueva York y me alegró ver sobre su cielo el siempre bien recordado símbolo de: "Amor y Paz", que entraña toda una rebelión de los años sesenta y que se extendió por el mundo, desde Estados Unidos a París, con la revolución de mayo, y tocó a México en sesenta y ocho.
Toda aquella rebeldía, todo aquel espíritu de cambio ¿ Dónde se perdió?
Porque al tiempos que veía esas escenas que me entusiasmaban, me percaté que adentro de las oficinas de Wall Street, estaban quienes en aquel entonces eran los jóvenes que protestaban y se rebelaban contra la autoridad y el sistema establecido.
No sólo no habían logrado cambiar nada, sino aún peor, el sistema los devoró y ahora son ellos los explotadores, los abusivos, los controladores del dinero, los que alaban al becerro de oro.
El grito de: "Todos somos hermanos, hagamos el amor y no la guerra y el mundo es para todos", se perdió en un mar de intereses mezquinos, en donde manda la avaricia y la codicia.
Para no manejar conceptos equivocados, le pregunté a mi amigo Jorge Silva, en qué consistían esos dos conceptos y esto fue lo que me dijo: "La avaricia es la búsqueda desordenada de los bienes y la codicia la búsqueda desordenada de un bien particular y lleva consigo la intención de dañar al dueño de los bienes".
La avaricia es genérica y la codicia es concreta y dolosa. A aquellos jóvenes, hoy hombres maduros, les ganó la avaricia y se enfocaron en la acumulación de la riqueza, no importa a quién perjudiquen.
Es verdaderamente paradójico, que quienes crecimos con una mentalidad social, supuestamente acendrada, hayamos caído en la indiferencia y la avaricia.
Porque no sólo se trata de los grandes capitales que controlan al mundo, sino también de la ausencia de solidaridad con quienes tenemos al lado.
El dinero tiene una función social y de nada sirve acumularlo si no lo compartimos con otros.
La avaricia, así entendida genéricamente, es mala, pero la codicia lo es aún más, porque tiende a dañar a otros.
Y somos tan torpes que no nos damos cuenta que nada nos vamos a llevar, con el añadido de que todo el mal que aquí hagamos, aquí lo vamos a pagar.
Cuántos hay, también que andan haciendo caridades en la calle y no en el seno de su familia. Por eso decía mi padre, "son candil de la calle y oscuridad de su casa".
¿Cómo pueden hablar de caridad si no son capaces de tenerla con los que dicen amar?
Pero, retomando el punto, ¿a qué horas nos perdimos?, si crecimos predicando el "amor" y cantando las canciones de protesta.
Si queríamos cambiar al mundo y hacer la revolución. Crecimos ensalzando la revolución cubana y cantando las canciones que alababan la figura del Che y Camilo Cienfuegos.
Y aunque la revolución se haya desviado, sus ideales eran nobles y tendían a la consecución de una América unida.
Temo que los ciclos históricos se repiten y estos jóvenes que hoy montan en justificada rebeldía, caigan mañana en lo mismo que caímos nosotros.
En el conformismo, el aburguesamiento y la falta de conciencia social.
Muchos de los antiguos jóvenes revolucionarios hoy se refugian en los templos y bajo las faldas de sacerdotes tan burgueses como ellos.
De hombres que habiendo sido formados en las enseñanzas de Jesús, hoy se apegan al dinero y a los bienes terrenales olvidándose de aquellas máximas: "Mi reino no es de este mundo"; y "El hijo del hombre no tiene dónde recostar su cabeza".
Tal vez los banqueros de Wall Street puedan ver, desde sus ventanas y mullidos sillones, a esos miles de jóvenes que protestan ante la mala repartición de la riqueza. Y tal vez lleguen a envidar aquellos años en que un saco de dormir, una buena compañía y un carrujo de mota les bastaban para ser felices.
Pero ahora ya es tarde, porque como dijera Alberto Cortez, ya "van por la escalara de bajada" y junto a ellos toda una generación que prometió mucho y produjo poco.
Por lo demás: "Hasta que nos volvamos a encontrar que Dios te guarde en la palma de Su mano".