Acorralado. Un opositor festaja el triunfo de un duro combate que tuvieron contra las fuerzas de Gadafi, y aseguran que la victoria está cerca. EFE
Fuerzas rebeldes derrotaron el miércoles a los efectivos leales al líder libio Moamar Gadafi en una feroz batalla por un puerto petrolero, en que cruzaron las dunas de un playa del Mediterráneo entre proyectiles de mortero y bombardeos aéreos para acorralar a los atacantes.
Aunque lograron vencer el primer contraataque del régimen en el este del país, los insurgentes pidieron que países extranjeros los ayuden con ataques aéreos contra las fuerzas del Gobierno.
El ataque contra este punto estratégico, a 740 kilómetros (460 millas) al este de Trípoli, la capital y bastión de Gadafi, mostró la gran dificultad que enfrentan las fuerzas oficialistas al intentar frenar el levantamiento que ha tomado la mitad oriental del país desde el 15 de febrero.
En Trípoli, Gadafi criticó a Europa y Estados Unidos por presionarlo para que renuncie y les advirtió que no intenten intervenir en el conflicto.
"Lucharemos hasta el último hombre y mujer", dijo y prometió convertir a su país en "otro Vietnam" si hay una intervención extranjera.
Al menos 10 rebeldes murieron y 18 sufrieron heridas en la batalla de Brega, el segundo centro más importante de la industria petrolera que ha estado en manos insurgentes desde la semana pasada. Milicianos civiles llegaron desde una ciudad cercana y desde el principal bastión rebelde, Bengasi, para reforzar las defensas y lograron finalmente repeler el avance de las fuerzas del régimen.
El ataque comenzó al amanecer, cuando cientos de efectivos gadafistas en 50 camionetas y camiones con armas automáticas empotradas llegaron al puerto y expulsaron a un pequeño grupo de opositores para tomar el control de las instalaciones petroleras, el puerto y un aeródromo. Al caer la tarde, habían perdido todo y se retiraron a un campus universitario a siete kilómetros (cinco millas) de allí.
Allí, los rebeldes los sitiaron a pesar de los morteros y disparos de armas pesadas, según pudo ver un periodista de The Associated Press. Un avión bombardeó las dunas cercanas para intentar dispersar a los opositores, pero no tuvo éxito.
"Los perros huyeron", celebró finalmente un combatiente de mediana edad, que levantó su fusil Kalashnikov en señal de victoria cuando los leales abandonaron la zona. Los coches sonaron sus bocinas y la gente disparó al aire para festejar.
Durante la última semana, las fuerzas de Gadafi se han concentrado en el occidente del país y en asegurar su control de Trípoli mientras intentaban retomar algunas ciudades cercanas de manos rebeldes. Pero el régimen no parece capaz de ejercer una superioridad militar contra las poblaciones, que son defendidas mayormente por sus propios habitantes con armas tomadas en almacenes y por algunas unidades militares. Las fuerzas del régimen habían logrado retomar dos poblados el fin de semana, pero los principales reductos rebeldes en el oeste, Zawiya y Misurata, cerca de Trípoli, han logrado rechazar ataques importantes, incluido uno contra Zawiya el miércoles.
En Bengasi, la segunda mayor ciudad del país y el principal reducto rebelde, la oposición formó un "consejo interino de gobierno", que pidió que naciones extranjeras ataquen por aire a los mercenarios foráneos que Gadafi usa en sus milicias. El cuerpo está encabezado por el ex ministro de Justicia Mustafá Abdel-Jalil.
El consejo pidió bombardear los "reductos de los mercenarios... usados contra los civiles y el pueblo", aseguró el vocero Abdel-Hafiz Hoga.
Estados Unidos acercó sus fuerzas navales y aéreas al territorio libio tras exigir que Gadafi deje el poder en forma inmediata. Pero el Pentágono no quiso atizar las versiones sobre una intervención militar, incluida la posibilidad de decretar restricciones en el espacio aéreo libio.
PIDEN APOYO DE LA ONU
La dirección rebelde libia pidió ayer al Consejo de Seguridad de la ONU que lance un ataque aéreo "contra los mercenarios" del régimen de Muammar Gadafi.
"Nuestro ejército no puede lanzar ataques contra mercenarios, por su papel defensivo", afirmó el portavoz rebelde Abdelhafiz Hoga en una conferencia de prensa en Bengasi. "Es diferente un ataque aéreo estratégico que una intervención extranjera, que rechazamos", recalcó el portavoz de las fuerzas de oposición, que en todo momento se han mostrado en contra de una intervención militar extranjera en el conflicto libio.
La petición para que la ONU lance ese ataque fue hecha públicamente por la oposición, pero no la ha tramitado aún formalmente, según indicó Hoga, quien dijo que próximamente será nombrado un representante rebelde para ponerse en contacto con los organismos internacionales.
DICE NO A LA INTERVENCIÓN EXTRANJERA
La Liga Árabe confirmó ayer el aislamiento al que tiene sometido al régimen libio de Muammar Gadafi y condenó en duros términos los crímenes perpetrados contra los civiles, pero también rechazó la posibilidad de una intervención militar externa.
Los ministros árabes, en una reunión que mantuvieron ayer en esta capital, preparatoria de la próxima cumbre de Bagdad, anunciaron también su intención de hacer consultas para "recurrir a la imposición de una zona de exclusión área", sin dar detalles.
La Liga Árabe, que tenía a Libia como presidente de turno, anunció en el comunicado final, de doce puntos, que se mantiene la suspensión de Libia en su participación en esa organización "hasta que las autoridades libias respondan a las demandas" planteadas por el organismo.
Mexicanos
Un grupo de ocho mexicanos, de los 11 que se esperaban ayer miércoles, llegaron a las 20:00 horas al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, luego de que tuvieron que salir de Libia tras la revuelta interna contra el régimen de Muamar Gadafi.
Los connacionales arribaron procedentes de Roma, Italia, vía Frankfurt, a bordo del vuelo DLH 498 de la aerolínea alemana Lufthansa, y se espera que esta misma noche lleguen al Distrito Federal otros tres mexicanos. Neftalí Rodríguez Cipriano, Francisco Reyes Vázquez, Marco Polo Rodríguez Santoyo, Yair Rafael Arias, Álvaro Téllez Rosas, José Lucio Martínez Madrigal, Ángel Puentes Miranda y Roberto Carlos Pardo Prado, llegaron procedentes de Roma, Italia, vía Frankfurt, a bordo del vuelo DLH 498 de la aerolínea alemana Lufthansa. Después de las 21:30 horas se prevé la llegada de tres mexicanos más: Adonis Balboa Sainz, Silvestre Maciel y su esposa Onorina Álvarez de Maciel, quienes llegarán en el vuelo AFR 434 de Air France procedentes de París. Esas 11 personas forman parte de un segundo grupo de connacionales repatriados de Libia.
Estiman 6 mil muertes
Al menos seis mil personas han muerto en Libia desde el inicio de la represión contra la insurrección contra el régimen de Muammar Gadafi, informó ayer aquí el vocero de la Liga Libia de Derechos Humanos, Ali Zeidan.
Entre las víctimas, tres mil murieron en Trípoli (la capital libia), dos mil en Bengasi (la segunda ciudad en importancia del país) y mil en otras ciudades como Zauiya o Zneten, precisó Zeidan en conferencia de prensa. 'Son las cifras que disponemos hasta el momento, pero podrían ser más elevadas', agregó Zeidan a la prensa en la sede de la Federación Internacional de Derechos Humanos (FIDH).
El Gobierno libio estima en 300 la cifra de muertos, sin embargo en medios diplomáticos se habla de entre mil y dos mil muertos durante los 16 días de enfrentamientos entre las fuerzas leales al régimen y los opositores que exigen la salidas de Gadafi.
El portavoz de la Liga Libia de Derechos Humanos también de denunció que unos tres mil mercenarios africanos estarían en Trípoli y otros tres mil en los alrededores de la capital, dirigidos por dos generales de Chad, para defender el régimen de Gadafi, en el poder desde 1969. Este balance de víctimas mortales se conoce poco después de que Gadafi pronunció un discurso en el que advirtió que 'habrá una guerra sangrienta con miles de muertos' en caso de una intervención militar extranjera.
Gadafi, quien reiteró que resistirá por defender Libia, también llamó a las Naciones Unidas (ONU) y a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) a enviar una comisión para investigar las muertes durante la rebelión.
