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Addenda

Me das miedo, Tereso

GERMÁN FROTO Y MADARIAGA

 S Iempre he tenido un profundo respeto por la disciplina castrense. Por razones que no vienen a cuento, conozco la vida de los cuarteles y debo decir que en calidad de visitante no me desagrada.

Pero repudio totalmente la idea surgida de alguna mente tan malvada como la de Teresa, esa novela protagonizada por Angelique Boyer, en la que se revela toda la maldad de que puede ser capaz un ser humano.

Sólo que en esta ocasión debió ser una mente masculina tan torcida como la de aquella mujer, la que le vendió la idea al gobernador de Michoacán de impulsar una alianza de todos los partidos fuertes, para colocar en la gubernatura del estado a un militar.

Si algunas alianzas han sido calificadas como verdaderos engendros, ésa sería una total aberración, porque los puntos reales de contacto entre los tres partidos son verdaderamente endebles.

En primer término, para el PRD, sería el reconocimiento implícito de un absoluto fracaso, pues son ellos los que ahora detentan la gubernatura y pensar en un esquema de ésos sería admitir que el gobierno de Godoy fracasó rotundamente.

Para el PAN, implicaría que el presidente Calderón sacrificara las aspiraciones de su hermana, sólo para dar paso a un experimento. Y ante la segura imposibilidad de armar un verdadero gobierno de transición con los mejores hombres y mujeres de todos los partidos, terminaría en una administración que nunca lograría consolidarse.

Y para el PRI, representaría la aceptación de que, a pesar de todos los díceres, no las trae todas consigo y necesita de esos ejercicios para alcanzar aunque sea una cuota del poder.

Pero lo más dramático sería, que a la cabeza de la imposible alianza fuera un militar, porque ello implicaría la claudicación definitiva de los civiles y admitir que sólo los militares son capaces de resolver el problema de la inseguridad.

Sería como enseñarle un bistec a un perro. Porque si el experimento llegara a funcionar medianamente, sería la mejor prueba de que sólo un régimen militar puede resolver nuestros problemas. Y de Michoacán a la Presidencia de la República sólo habría un paso.

Las nuevas generaciones no tienen memoria de lo que son los regímenes militares, como los hemos vivido en América del Sur. Entonces sí sabríamos lo que es una verdadera dictadura y un sistema que, de entrada, cancela libertades.

Insisto, respeto a los militares. Pero ellos deben estar dentro de los cuarteles. Preparados para luchar contra fuerzas extranjeras, no para ejercer el poder público.

No dudaría que ese Tereso fuera un militar, que le sopló esa malhadada idea a los altos mandos partidistas.

Favorablemente la idea no ha fructificado como esperaba su "genial" creador y las aguas están volviendo a su nivel.

Dicen que la desesperación es muy mala consejera. Y un pueblo desesperado por alcanzar pronto la paz y la seguridad puede incurrir en acciones de las que luego se puede arrepentir.

Costó tiempo, esfuerzo y sangre, sacar a los militares del poder como pare entregárselos en bandeja de plata.

Hay muchas vías más que podemos explorar antes de tocar esos extremos.

Abandonemos esas ideas en el cesto de las cosas inútiles y retomemos el camino de la competencia electoral, leal y honesta. Limpia, como se juega en las verdaderas democracias.

No permitamos que los "Teresos" cumplan sus propósitos. Para mentes tenebrosas bastante tenemos ya con algunos actores políticos, como para que todavía anden otros por ahí dando ideas.

Por lo demás: "Hasta que nos volvamos a encontrar que Dios te guarde en la palma de Su mano".

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