La Premio Nobel de la Paz 2003, Shirin Ebadi, advirtió ayer que en cualquier momento podría gestarse un movimiento de cambio en Irán al igual que en Egipto y Túnez, pero consideró que éste debe ser ‘pacífico y sin baños de sangre’.
‘No queremos otro Libia en Irán ni queremos guerra civil en sus calles, queremos que el cambio sea pacífico’, dijo Ebadi a periodistas en Ginebra. Consideró que la diferencia en las recientes revoluciones que el mundo ha presenciado es que en Túnez y en Egipto el ejército se declaró neutral y se negó a disparar a su gente. Sin embargo, teme que en Irán el ejército podría responder de forma violenta tal como lo ha hecho el ejército libio. ‘La gente en Irán por eso no ha podido levantarse’, expuso la activista iraní.
En Irán se han registrado varias protestas y todas han sido reprimidas de manera violenta, los manifestantes fueron detenidos, incomunicados y otros han sido asesinados, agregó. La Premio Nobel recordó los hechos sangrientos cuando la población se manifestó en Teherán tras el presunto fraude electoral de 2009.
La grave represión de la que es objeto el pueblo iraní ‘demuestra la debilidad del gobierno y por eso se vuelve violento’, valoró Ebadi, tras denunciar que la represión en Irán ‘es más fuerte que nunca’. Ebadi refirió que incluso algunos opositores al gobierno han sido ejecutados y ni siquiera sus cuerpos han sido entregados a sus familiares.
‘Un gobierno que tiene miedo de los cadáveres de sus opositores es un gobierno débil’, señaló.