Organizaciones civiles que trabajan en la lucha contra el tabaco externaron su preocupación porque a un mes de finalizar el año, aún no circula la versión del pictograma que advierte a los consumidores sobre los riesgos de fumar, que deberían estar incluidas en las cajetillas de cigarro que se venden en México.
Asimismo, afirmaron que no permitirán que a la iniciativa de reforma a la Ley General para el Control de Tabaco, aprobada el pasado martes en lo general y particular por la Comisión de Salud de la Cámara de Senadores, se le otorgue "dos años de gracia" a los establecimientos comerciales.
Antonio Ochoa, director de Iniciativa para el Control de Tabaco de la Fundación Interamericana del Corazón, recordó que cuando fue la ley antitabaco fue aprobada los propietarios de estos establecimientos (bares y restaurantes) invirtieron en la creación de espacios interiores aislados que disponían de equipo que evita el traslado de partículas hacia los espacios 100% libres de humo de tabaco.
Por su parte, Eduardo del Castillo, director de Comunicación Diálogo y Conciencia, dijo que se requiere más precisión en esta ley, ya que la misma queda ambigua, y a la interpretación de los dueños de estos establecimientos.
Recordó que, como agrupaciones civiles, ellos propusieron un plazo de seis meses, tal y como ocurrió en otros países que establecieron esas mismas reformas, como Argentina, Colombia y Uruguay.
Jesús Felipe González, vicepresidente de la Red México Sin Tabaco, evidenció que en la Secretaría de Economía existe una política contraria a la de salud, en donde los intereses comerciales están por encima de la salud de los mexicanos.
Recordó que un funcionario de esta dependencia, Juan Antonio Dorantes, envió una carta al gobierno de Australia, donde aduce que no está demostrado que el uso de pictogramas impacte en el consumo de fumadores.