El Gobierno de Estados Unidos advirtió ayer que la muerte de Osama bin Laden podría desatar una venganza por parte de seguidores del líder terrorista en el mundo.
En un boletín interno, el Departamento de Seguridad Interna (DSI) advirtió que la muerte de Bin Laden "podría resultar en ataques en Estados Unidos o contra intereses de países occidentales en el extranjero".
Bin Laden murió en su refugio de Pakistán el domingo en un enfrentamiento contra soldados de fuerzas especiales de Estados Unidos, tras una búsqueda que duró una década.
El boletín del DSI indica que los ataques podrían ser llevados a cabo por miembros de Al Qaeda, la organización terrorista dirigida por Bin Laden, en Pakistán u otros países asiáticos, pero también por simpatizantes del grupo en Europa y Oriente Medio.
También se advirtió que ataques en Estados Unidos podrían ser contra blancos "simbólicos, económicos o de transporte".
El DSI señaló que sólo emitirían alertas cuando haya una amenaza contra un blanco específico, pero que hasta ahora no se ha dado esta situación.
El director de la Agencia Central de Inteligencia, Leon Panetta, dijo que "pese a que Bin Laden está muerto, Al Qaeda no lo está. Los terroristas casi seguramente intentarán vengar su muerte".
Funcionarios de Inteligencia informaron ayer la posibilidad de que Bin Laden haya dejado una grabación en audio o video antes de su muerte, la cual se espera que aparezca pronto.
Estas grabaciones eran el medio usado por Bin Laden para comunicarse con simpatizantes desde los ataques del 11 de septiembre de 2001 y emitió unas 30.
El Departamento de Estado emitió una alerta global contra estadounidenses que viven o viajan fuera del país sobre "un creciente potencial de violencia".