La porra visitante fue sacada del estadio antes de que terminara el encuentro. (Fotografía de Ramón Sotomayor)
La violencia en las gradas fue otra vez protagonista en el estadio Corona. Como si se tratara de un guión, de nuevo, los aficionados de Tigres y Santos, además de la Policía, se enfrascaron en dimes y diretes que llegaron incluso hasta las pedradas.
Durante la salida de la barra de los felinos Libres y Lokos hubo golpes entre los integrantes del grupo de animación y la policía.
Los aficionados regiomontanos se negaban a salir del inmueble de Torreón, luego de que el dispositivo empleado por los guardianes del orden incluyó la salida temprana de los seguidores visitantes.
Además, una vez afuera del recinto, se encontraron los barristas de ambas escuadras, y con los cánticos de los Tigres, quienes celebraron el triunfo, se encendieron los ánimos de los locales, lo que desencadenó la bronca hasta llegar a las pedradas.
Efectivos de seguridad intervinieron, aunque no pudieron evitar que algunos asistentes a la final de ida del futbol mexicano resultaran lastimados y mostraran sangre en la cabeza, producto de los impactos con los proyectiles.