A pesar de las críticas por haber hecho públicas sus aspiraciones presidenciales y mantenerse en su cargo, el secretario de Hacienda y Crédito Público, Ernesto Cordero, señaló que eso no le impedirá realizar una buena negociación del presupuesto económico de 2012.
Luego de la reunión con el líder de la Federación de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado (FSTSE), Joel Ayala, para discutir los incrementos salariales del próximo año, Cordero respondió que no existe un conflicto ético si participa en el paquete 2012.
"Todos los que han manifestado sus aspiraciones para el 2012, pues tienen un cargo de elección popular o están en el gabinete o son gobernadores y no creo que pase nada. "Todo mundo debe de entender que en una realidad democrática así es, siempre y cuando no se confundan las cosas y no se usen recursos públicos para hacer campaña, creo que debe ser bienvenido", afirmó.
Lo importante, resaltó, es que no se confundan los roles y no se utilicen recursos públicos para las campañas electorales. "Se puede ser las dos cosas: se puede ser gobernador y aspirante, se puede ser diputado y aspirante, se puede ser senador y aspirante, no hay ningún problema con eso", agregó.
Por otro lado, el funcionario mencionó que los estados y municipios del país pueden estar tranquilos de que sus aspiraciones personales no interferirán con la integración del presupuesto, ya que la Ley permite muy poco margen para la discrecionalidad.
Las participaciones y aportaciones que reciben los estados están claramente identificadas con fórmulas en la Ley de Coordinación Fiscal, explicó, de manera que no se pueda favorecer a nadie. En torno a la iniciativa de algunos aspirantes del Partido Acción Nacional (PAN) a la candidatura presidencial sobre que se adelanten los tiempos de las precampañas, comentó que él es respetuoso de los tiempos establecidos.
"Es muy importante respetar los tiempos, no confundir las cosas, desde la Secretaría de Hacienda seguimos institucionalmente cumpliendo con nuestras obligaciones, con nuestras facultades, sin confundir las cosas.