Herencia. El oficio de cargadores lo realizan diariamente un grupo de 20 personas, quienes heredaron el oficio de sus padres. EL SIGLO DE TORREÓN / RAMÓN SOTOMAYOR
Esperan pacientes el trabajo en una esquina. Enrique, Tony y Mario esperan junto a otros compañeros la llegada de un cliente a las afueras de una tienda de autoservicio de esta ciudad. Su oficio de cargadores de muebles o bultos lo aprendieron desde niños por sus padres, quienes ejercieron este oficio por 40 años.
Desde una hora muy temprana esperan sentados en la banqueta o bajo un mezquite la llegada de un cliente, el cual les haga el día al contratarlos para una descarga de mercancía, ya que eran las 9:30 de la mañana y todavía no tenían trabajo.
Enrique de 40 años, Tony de 46 y Mario de 39 tienen familia y por ello día a día se levantan muy temprano con la esperanza que llegue un cliente en camioneta y los contrate para bajar bultos de arena, muebles o de lo que sea para llevar dinero a su casa.
Relataron que se juntan diariamente en esta tienda de autoservicio ubicada a un lado del Mercado de Abastos cerca de 20 personas, quienes realizan este oficio de cargadores por muchos años.
Indicaron que de manera organizada al llegar un cliente se reparten el trabajo, aplicando tarifas de acuerdo al servicio que se brinde. La tonelada de lo que se cargue aplica un precio de 50 pesos, en tanto, si se trata de cargar muebles o cualquier mercancía se aplica mil 500 pesos si es un tráiler, pero si es un camión Torthon la tarifa baja a mil pesos.
Con caras de esperanza, indicó Tony que esperan que las cosas mejoren, ya que en enero no hubo mucho trabajo y por ende poco dinero para llevar a casa.
Mientras muchos voltean en numerosas ocasiones al acercarse un automóvil o camioneta por si es un posible cliente, las esperanzas se derrumban al ver que pasan de lado sin contratar a nadie.
Debido a que estas 20 personas ejercen este oficio durante todo el año, en ocasiones sólo tienen trabajo de 3 a 4 días por semana, ganando en promedio mil pesos por semana si hay mucho trabajo. Sin embargo, Mario se queja y dice "en ocasiones no cae nada de trabajo y no hay nada de dinero que llevar a la casa".
La herencia de este oficio por parte de sus padres parece estar muy presente en la memoria de cada uno de ellos, ya que señalaron que no buscan otro medio para ganarse la vida, simplemente porque no hay chamba.
Dentro de sus principales clientes son la carga de bultos de alimento para perros, papel higiénico, perfil y madera, entre otros.
MARIO
Cargador