Agustín da todo por sus hijos

Agustín sale todos los días en su triciclo a recorrer las calles de la ciudad. El termómetro puede marcar más de 40 grados pero eso a él no le importa con tal de ganar algo de dinero para mantener a su familia.

Hace dos años que Agustín Rangel Rosales está desempleado. Tiene 45 años de edad y cuando busca trabajo les parece demasiado "viejo" para contratarlo, por eso sale todos los días a la calle a buscar el sustento de sus hijos.

Este Día del Padre, Agustín festejará con su familia. En su casa hay mucho qué celebrar porque tiene no sólo el amor de sus hijos, también su confianza y respeto: "siempre trato de hablar con ellos para que sean buenas personas".

Sus tesoros

Luis Ángel tiene 14 años de edad, David 10 e Isis 5. De vez en cuando, a la pequeña le gusta tomar su sombrilla y subirse al triciclo para recorrer con su padre las calles de la ciudad.

"Mi hija siempre me trae buena suerte. Aunque no me gusta que venga conmigo a trabajar porque el sol cala mucho y a estas horas está en su mero apogeo, pero ella siempre se empeña en acompañarme".

Agustín dice que a su hija se la trajeron los Reyes Magos porque nació un seis de enero, pero Santa Clos no se quedó atrás porque David nació un 25 de diciembre.

A Luis Ángel se lo trajo la cigüeña un 24 de enero, pero Agustín lo considera como un regalo de Dios aunque haya nacido en un día como cualquiera.

Para mantener sus hijos, carga en su triciclo veneno para cucarachas, asqueles y hormigas, también bolsas para la basura. De sur a oriente, recorre las colonias de Torreón, desde las ocho de la mañana hasta las dos de la tarde, para ganarse 100 pesos al día.

"Tengo mi ruta de trabajo. Por ejemplo: los lunes voy a Las Dalias, los martes a Las Julietas, los miércoles a Fuentes del Sur, y así recorro muchas colonias y los domingos descanso todo el día", comenta.

A veces le preocupa que bajen las ventas, "pero siempre trato de esforzarme mucho para sacar para el chivo. Sin falta le doy a mi esposa mínimo 100 pesos al día porque tampoco tiene trabajo, y guardo algo para surtir mi mercancía. He buscado empleo en muchos lugares pero les parezco viejo ya, y lo que me preocupa es que mis hijos se enfermen porque no tengo Seguro Social ni ISSSTE".

A pesar de que sus solicitudes de trabajo son rechazadas una y otra vez, no se da por vencido.

"Siempre me dicen 'después le hablamos', y precisamente el otro día le dije a mi esposa que se me hacía muy difícil conseguir trabajo pero aún así seguiré de aferrado metiendo solicitudes porque quiero darle una mejor vida a mis hijos". En ocasiones piensa en irse a trabajar a los Estados Unidos, pero considera que la situación allá también está muy difícil. Además no le gustaría dejar sola a su esposa con sus hijos con los riesgos que hay ahora en la ciudad.

"Me gustaría hacer una lanilla para el futuro de mis hijos, porque no me gustaría que sufrieran como yo lo hice porque muy joven me tuve que ir a trabajar a los Estados Unidos". Por eso cada peso que gana siempre es para la educación de sus hijos porque asegura que son todo para él.

"Siempre les aconsejo que sean estudiosos y trabajadores. También les hablo de las drogas porque no me gustaría que algún día tuvieran problemas de adicciones. No les sé explicar a qué saben o qué se siente porque nunca he probado una, pero les hago saber que son peligrosas".

Agustín tiene la confianza de hablar con sus hijos sobre adicciones porque ese fue el ejemplo que recibió de su padre, quien siempre trató de llevarlo por el buen camino.

"Él ya murió hace 12 años y lo extraño mucho porque siempre sabía cómo aconsejarme".

Los papás de ahora ya no son como los de antes, dice Agustín, pues considera que a los jóvenes ya no les gustan las responsabilidades.

"A mis niños siempre les hago saber lo que se sufre para ganar cada peso. Luis Ángel ya me ayuda con algo de dinero porque trabaja los fines de semana. Le di permiso siempre y cuando no me baje las calificaciones, porque lo único que quiero en esta vida es lo mejor para mis hijos".