La reacción a bote-pronto de la opinión pública frente a las dificultades que enfrenta la línea aérea Aviacsa para regresar a las pistas, al no pagar la totalidad de las deudas pendientes con Aeropuertos y Servicios Auxiliares y la terminal aérea capitalina, es que se trata de otro colosal fiasco
La lógica es simple: si el Grupo Madero, quien pretende rescatar a la compañía, no tiene recursos para cubrir las facturas pendientes, tampoco los tendría para operar ésta.
OTRA FINTA AL ESTILO MEXICANA.
Sin embargo, el asunto no es de dinero sino de legalidad. En la cumbre del inaudito las empresas paraestatales acreedoras se niegan a aceptar la tabla rasa que planteó el 21 de enero pasado el juez de lo concursal que dictó sentencia definitiva para concluir el concurso mercantil a que se acogió la firma.
De acuerdo a ésta, todos los acreedores integrados a la masa de débitos que arrastraba la compañía aérea deben aceptar una quita de 73 por ciento de éstos.
Al resto de éstos, es decir el 28 por ciento de los acreedores, se les cobrarían las deudas bajo un esquema de pago a tres años, bajo un ramillete de modalidades.
Tanto Aeropuertos y Servicios Auxiliares como el Aeropuerto "Benito Juárez" de la Ciudad de México estaban en el primer escenario, dado que se trata de adeudos contraídos por los ex administradores de Aviacsa.
Si la empresa aérea, pues, les pagara el 100 por ciento que reclaman, es decir, si soslayara la quita otorgándole un trato preferencial a los acreedores oficiales, estaría incurriendo en desacato de la resolución judicial, lo que podría anular ésta.
El problema, además, es que un grupo minoritario de acreedores apeló a la sentencia ante el Primer Tribunal Unitario del Cuarto Circuito con sede en Monterrey, quien ordenó suspender ésta.
La resolución llegó el 16 de marzo.
Entre los inconformes está el Grupo Aeroportuario del Pacífico, quien alega que existe para su causa un trato discriminatorio respecto al aeropuerto de la Ciudad de México.
No obstante, la Ley faculta al grupo Madero a reiniciar las operaciones de la compañía, dado que sólo así se generarían los ingresos suficientes para pagar los adeudos.
Además, al adquirir las acciones de Aviacsa el grupo contrajo una serie de obligaciones a cambio de los activos de la línea aérea.
El problema, decíamos, es que ASA y el aeropuerto capitalino, según ello en cumplimiento de su reglamento interno, exigen garantías extraordinarias que no fueron pactadas con el resto de los acreedores.
TRATO DE REY, PUES.
Éstas consistirían en una serie de fianzas especiales y depósitos que representarían un trato preferencial, lo que le daría la razón al Grupo Aeroportuario del Pacífico.
Aviacsa, pues, está entre la espada y la pared, dado que de cumplirse la exigencia de ASA y demás, el resto de los acreedores estarían exigiendo el mismo escenario. Ahora que al no hacerlo se le cancela la posibilidad de regresar a las pistas.
COOPELAS O CUELLO.
Lo grave del caso es que bajo la misma ruta cualquier acreedor podría exigir un trato preferencial a contrapelo de la sentencia de los jueces frente a concursos mercantiles.
Como usted sabe, la figura se creó en el año 2000 al revocarse la Ley de Quiebras y Suspensión de Pagos, en afán de evitar las pérdidas de generación de valor de las empresas endeudadas.
Éstas, pues, podrían continuar operando previo el diseño de un esquema de reestructura justo de los adeudos, que impidiera a las partes daños mayores.
La opción que planteaba la Ley era que existiera un acuerdo mayoritario de los acreedores, es decir, al menos el 51 por ciento, sobre la base de un esquema de pago que impida la asfixia del deudor.
De no darse éste, se forzaría a la quiebra.
Aviacsa cumplió con la ruta completa, al punto de dictarse una sentencia definitiva que, sin embargo, decíamos, fue apelada por una minoría.
Desde un ángulo hay quienes están inconformes con las quitas y los plazos que aceptó el togado, y desde otro, hay quienes no están de acuerdo con la negociación en general. En este caso se ubican, además del Grupo Aeroportuario del Pacífico, ex trabajadores de la línea aérea y un despacho contable.
La gestión de éstos motivó la suspensión por parte de un tribunal de alzada de la sentencia del juez.
La resolución definitiva podría llegar la próxima semana.
Por lo pronto, en la paradoja, la presión del Gobierno está ahorcando a Aviacsa.
BALANCE GENERAL
A contrapelo de la ortodoxia que obliga a cubrir en su totalidad el procedimiento antes de solicitar la protección de la Ley, Telcel obtuvo una suspensión provisional en un juicio de amparo promovido contra la multa de casi 112 mil millones de pesos que le impuso la Comisión Federal de Competencia, para luego plantear un recurso de reconsideración.
Éste se colocó ayer en la mesa.
La estrategia es simple: construir primero un escenario que le permitirá alargar al menos dos años el volado, es decir, si existe o no sustento jurídico para el castigo, y de pasadita abrir el escenario para otro procedimiento legal.
En este caso, bajo la certeza de que el recurso le será adverso, refutar la resolución bajo el argumento de que las decisiones de la dependencia son omnímodas, es decir, actúa como juez de primera instancia y como tribunal de apelaciones en uno.
Como lee usted, pues, el juego de pinzas camina al estrangulamiento.
TLC CON PERÚ NO PASA
Congelada la posibilidad del sí del Senado a la negociación realizada por México para abrir un nuevo Tratado de Libre Comercio con Perú, las señales indican que cuando finalmente llegue la discusión, el país inca ya no tendrá mayor interés.
Hete aquí que en el intermedio se atraviesan las elecciones presidenciales en la nación sudamericana, con la novedad de que ninguno de los candidatos punteros ha mostrado la menor simpatía por el acuerdo mercantil.
Por lo pronto, pese a la presión de gremios como el automotriz, electrónico y los productores de línea blanca, la Comisión de Economía de la Cámara Alta se mantiene en su negativa, mientras no se modifique el capítulo agropecuario, ante la negativa del Gobierno de aceptar las objeciones de los productores locales del ramo.
SU CASITA LA HIZO
A contrapelo de los pronósticos, la Hipotecaria Su Casita logró ya la aceptación del 92 por ciento de sus tenedores de certificados bursátiles de corto plazo en relación a los términos de su propuesta de reestructura planteada el pasado 19 de abril.
El plazo para el sí o no vence esta mañana.
Aglutinados en una suerte de sindicatos, dos de los tres grupos de acreedores integrados se sumaron a la certeza de cobrar de-lo-perdido-lo-que-aparezca, frente al incierto de la quiebra.