Hace unas semanas el asesinato del doctor Sergio Durón en Gómez Palacio provocó fuertes protestas, como hace un año lo hicieron las masacres indiscriminadas de jóvenes en Torreón. Ahora, el asesinato del empresario Carlos Valdés ha detonado un grito sin precedentes contra la situación de inseguridad en la Comarca Lagunera, un “Ya Basta” que ha resonado más allá de nuestra región.
Esta cadena de hechos ha dado un renovado sello al problema de la inseguridad y ha detonado una reacción en varios sectores de la Iniciativa Privada, que han hecho propuestas para forzar a las autoridades a asumir su papel en la prevención del delito. Sin embargo, la reacción ha sido desigual y ciertos órganos empresariales dan muestra de indecisión sobre una postura tan básica, como es el respeto a la vida.
El ultimátum que un grupo de cámaras empresariales dieron a las autoridades para revisar el tema de la inseguridad y definir líneas de acción, con amenazas laborales y de pago de impuestos si no se hacía, rindió fruto con el anuncio de que el secretario de Gobernación, Francisco Blake, se ocupará del caso. Pero esa exigencia fue parcial y no contó con la unión de todas las agrupaciones organizadas del empresariado y de la sociedad civil.
Será muy difícil llegar a una solución real a este gravísimo problema, si los laguneros no hablamos con una sola voz, exigiendo a las autoridades que cumplan su papel primordial: proteger a la ciudadanía.
A lo largo de los últimos cuatro años, El Siglo de Torreón ha aportado datos e historias del creciente número de delitos, que permiten comprender la gravedad de la situación en la Comarca. Nuestro compromiso es continuar esa labor para que los hechos publicados contribuyan a ese “Ya Basta” que exige la sociedad lagunera.
Estamos frente a una oportunidad de unir las voces y alzarlas para que nuestra Comarca pueda de nuevo vivir en paz.
