¿Qué tan importante es Saltillo como ciudad? La generalidad de personas que aquí viven y los que casualmente nos visitan, destacan "lo que Saltillo ha crecido" en habitantes, en su desarrollo industrial, en el movimiento de tránsito automotriz y en el equipamiento urbano. Y sí, es cierto, este Saltillo ya parece otro Saltillo.
No hace mucho empezó a circular mi reseña "Gobierno Municipal. Los Alcaldes de Saltillo. 1910-2OO5" en la cual revisé someramente la actividad de los Ayuntamientos y Alcaldes de nuestra capital. En el texto citado es posible advertir que el progreso es una preocupación siempre presente, tanto en las autoridades municipales, los gobiernos del Estado y en los organismos ciudadanos económicos y sociales.
¿Qué asuntos municipales preocuparon a don Francisco Rodríguez González, alcalde de la ciudad desde el primer día de 1900? No fueron, desde luego, los mismos problemas que cien años después pondrían a pensar al profesor Humberto Moreira Valdés, quien gobernó a la ciudad en los últimos tres años del siglo XX. No fue gratuito el transcurso de cien años entre una y otra administración municipal, que antaño fueron de un año y luego de dos, de tres y de cuatro años.
Resultó circunstancial, así mismo, que el primer año de la administración del señor Rodríguez coincidiera con el inicio de la centuria veinte, cargada de aniversarios históricos memorables, que quizá el todopoderoso Porfirio Díaz mandó celebrar con toda pompa. Esta pudo ser la causa de que don Pancho Rodríguez le diese muy duro al arreglo de la Alameda Zaragoza, a los jardines de toda la población, a la Feria de Saltillo, a la construcción de escuelas, a la creación de un cuerpo de Policía escolar, a la erección de un asilo guadalupano y al arreglo del mercado Benito Juárez para inaugurarlo a mitad del primer enero del siglo XX.
También en los primeros años del nuevo siglo se concluyó la línea ferroviaria "Coahuila-Pacífico" que después, fue llamada por la ironía saltillense como "Coahuila y Paciencia" por obvias razones. Igualmente se puso en servicio la concesión telefónica "Saltillo-Ciudad Porfirio Díaz" * y en seguida el señor Hilario Delgado notificó a los saltillenses que la concesión telefónica "Saltillo-Porfirio Díaz" * se ponía a la orden de la alta sociedad de esta capital coahuilense.
Luego, el 8 de agosto el mismo alcalde pidió al gobernador que los diputados locales aprobaran un incremento a la cuota de cobro de los automóviles de sitio para dejarla en cuatro pesos para la primera clase y cinco para los de segunda categoría. ¿Justicia social?
Luego sobrevino un positivo afán de electrificación en los jardines públicos con focos de arco voltaico, los cuales costarían 128 pesos, sólo para iluminar la plaza de los Hombres Ilustres, hoy plaza Manuel Acuña. La limpieza urbana fue otra preocupación para don Jesús Rodríguez González, seguida por otras de parecido jaez: El vecindario debería limpiar los frentes de las casas, las aceras, los patios y los jardines delanteros. El municipio compró dos carros con tiro de mulas y regaderas para barrer, regar y mantener sin basura la parte frontal de las residencias. Dichos carros también podrían emplearse en casos de incendios y otras emergencias, igual cuidarían del aseo de banquetas y como dichos carros carecían de motor se sacudió el presupuesto para adquirir dos mulas kentoqueñas que los estiraran.
Estos eventos fueron los últimos que acordó el primer alcalde del siglo XX en Saltillo ya que el 25 de abril de 1901 la parca marcó el punto final del funcionario. Al día siguiente protestó como sustituto el señor doctor don Juan Cabello y Siller, quien volvió a desempeñar el cargo, habiéndolo sido antes en seis ocasiones desde 1895.