¿Alergia o gripa?

La Rinitis Alérgica, la más común de todas las alergias, es un proceso inflamatorio de la mucosa nasal, de origen inmunológico, provocado por un alergeno, que incluye la nariz, senos paranasales, garganta y oídos; que puede ocurrir sola o asociada a otros padecimientos atópicos; y se presenta cuando la persona reacciona de forma exagerada al contacto con sustancias del medio ambiente.

La Rinitis puede desarrollarse a cualquier edad, en la mayor parte de los casos, los síntomas se presentan antes de los 30, predominando entre los diez a 19 años. Conforme los niños adquieren mayor movilidad, la exposición a alérgenos inhalados facilita la aparición de sensibilidad a ácaros del polvo casero, caspa de animales y mohos; con dicha exposición estacional progresiva, los infantes pueden presentar un cuadro de rinitis alérgica y manifestar sensibilidad a pólenes de árboles, hierba y maleza.

Por su parte la gripa, es una enfermedad viral que afecta de la misma manera que la alergia, aunque si la gripa se complica puede llegar a afectar los pulmones y oídos, (la influenza es uno de estos virus, la cual presenta a su vez diferentes modalidades).

Aunque ambas (alergia y gripa) provocan síntomas a los mismos órganos, la gripa ataca el estado general; es decir se presenta fiebre, dolor de cabeza, dolor en las articulaciones (mejor conocido como “cuerpo cortado”), y su evolución va de tres a siete días generalmente; mientras que la alergia no presenta síntomas generales y es de dos tipos: Alergia Estacional, o por periodos climatológicos; y la Alergia Perenne, presente todo el año, cuando la persona está en contacto con lo que le causa la alergia.

La Rinitis Alérgica puede presentarse sola o con otras enfermedades alérgicas; en los pulmones se presenta como asma, en la piel como urticaria y en los ojos como conjuntivitis; estudios aseguran que entre un 20 y un 30 de la población general tienen un grado de este padecimiento, ya sea leve, moderado o severo.

La Alergia predispone al paciente a ciertas enfermedades, tales como: Sinusitis, infecciones en los oídos, pólipos, bronquitis, gripas y complicaciones en las vías respiratorias, debido a la inflamación que se presenta.

Por ello es de suma importancia tener gran cuidado con los bebés, pues después de los cuatro meses de nacidos, por lo general las mamás comienzan a dar a su hijo el primer alimento o ablactación, distinto a la leche, y es ahí cuando el infante puede desarrollar algún tipo de alergia; por lo que se recomienda consultar con su pediatra o bien esperar hasta los seis meses cumplidos; básicamente hay que evitar los siguientes alimentos: chocolate, leche de vaca, soya, frutos secos, clara de huevo, nuez, fresa, pistache, pescado crudo, camarón y mariscos en general. El patrón de sensibilidad en el niño se da al mismo tiempo que su desarrollo, en la medida en que se da su interfase con el entorno.

Si usted padece alergia se recomienda evitar tomar bebidas demasiado frías, no permanecer en corrientes de aire, ni cambios bruscos de temperatura, evitar el humo de cigarrillos, limpiar al interior de las habitaciones para eliminar el polvo, así como evitar las alfombras, peluches, tapetes, cortinas, y toda clase de objetos que acumulen o guarden polvo; si el colchón está forrado de tela, se sugiere sacarlo al sol por lo menos una vez al mes; y por último evitar olores fuertes como acetona, amoniaco, perfumes y alimentos de penetrantes.

TRATAMIENTO

La Alergia es predominantemente genética, por lo que su tratamiento no es cien por ciento curativo; por lo que las opciones son los cuidados que se tengan, es decir menos contacto; los medicamentos que se ingieran, como pastillas, etcétera; y las vacunas que se apliquen, ya que estas últimas buscan desensibilizar al paciente.

Así también dependerá de la región y el clima en que habite la persona, pues hay quienes se ven afectados por un clima seco, mientras que otros a los ambientes húmedos; por lo que esto no es predecible, no es posible afirmar que cambiando de ciudad se mejorará o empeorará.

Mientras que en el tratamiento para combatir la gripa, antes que nada es muy importante la revisión por parte del médico, ya que puede complicarse; es decir, una gripa puede ser el inicio de una enfermedad más grave; aquí los medicamentos recomendados son aquellos que combaten los síntomas antivirales.

REMEDIOS CASEROS PARA DESCONGESTIONAR

1.- Para combatir la mucosidad, dos cucharadas de agua, una pizca de sal marina, tres gotas de aceite de oliva y tres gotas de esencia de lavanda.

2.- Inhalar el vapor de agua con sal, durante cinco minutos, repetir cada hora.

3.- Ingerir miel con limón.

4.- Inhalar el vapor de tomillo seco en un litro de agua.

5.- Dar suaves masajes en los senos paranasales en forma circular, con el zumo de dos gotas de aceite de orégano, en una cucharada de aceite de almendra.

Fuente: Dr. Osvaldo González Morales. Otorrinolaringólogo.