La basura acumulada en vía pública representa un foco de infección que podría causar diversos problemas de salud para los capitalinos, alertó César Sandoval, director de Vigilancia Epidemiológica de la Secretaría de Salud del Distrito Federal.
El funcionario explicó que la basura afecta a la salud cuando se expone por mucho tiempo al aire libre, ocasionando enfermedades gastrointestinales y proliferación de fauna nociva, mal olor, entre otros problemas.
Los principales riesgos son: "afectaciones gastrointestinales, adquiridas a través de la contaminación de alimentos preparados en vía pública y que se encuentran cercanos a los depósitos o cúmulos de basura y causados por bacterias como E-coli, Shigella y Salmonela", alertó.
Exhortó a la población a tomar medidas higiénicas y "evitar el consumo de alimentos en la calle, principalmente en lugares cercanos a estos tiraderos o los lugares donde se está acumulando la basura".
Otro problema que desata la basura al no ser recogida es que es fuente de alimentación para roedores, cucarachas y otros insectos, lo que podría favorecer la proliferación de fauna nociva. También los lixiviados, o líquidos de la basura tras su descomposición, son una fuente de infección.
Lourdes vende elotes, esquites y patitas de pollo en la Alameda Central, muy cerca del Hemiciclo a Juárez, lugar que fue tomado como basurero por dos días y de donde se retiraron ocho toneladas de basura.
En su puesto la mujer dice que sus productos son totalmente higiénicos y nunca, en los más de tres años que lleva vendiendo en la zona alguien se ha enfermado por comerlos.
"Preparamos en la casa todo con limpieza, hasta nosotros nos los comemos", asegura. Sobre la basura aledaña al puesto, argumenta que "estamos retirados de la basura, y todo lo tapamos, así que no hay riesgo".
Alberto, voluntario del servicio de limpia asegura: "Quienes trabajamos en la basura ya somos inmunes a las infecciones, ya nada nos hace daño", dice mientras con las manos sucias se come unas galletas mientras lleva a depositar la basura que carga en el camión; sus zapatos pisan los lixiviados que escurren del viejo camión.