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Amartya Sen

POR JULIO FAESLER

Filósofo economista indio, ganador del Premio Nobel de 1998, Amartya Sen está en México. Ayer dio una conferencia con el tema de Justicia y Economía.

Una vez más ha resaltado que la economía, su profesión original, resultó estrecha, como lo será cualquiera otra, para explicar el acontecer humano sea como individuo sea en comunidad, mucho menos para orientar acciones que conduzcan a la sociedad hacia a la meta última, de toda la sabiduría, que es la felicidad o, al menos a su nivel previo, que es el bienestar. Para ello, se requiere la visión completa y holística que es la única que puede darnos la llave del verdadero progreso.

Ni los índices de Producto Nacional y los demás análogos, ni los que miden niveles educativos, de salud, o el de las diversas variantes de seguridad, sirven realmente para alcanzar a entender el verdadero desarrollo.

Por eso los esquemas profesionales, los del economista, del abogado, del médico, por tomar estas profesiones como meros ejemplos, no pueden ofrecer rutas para las políticas públicas, ni siquiera para las decisiones más cotidianas necesarias si se quiere avanzar hacia el progreso social.

Para ello, todas las especialidades tienen que ser resumidas en un todo multidisciplinado. Las instituciones pueden intentarlo a veces, armonizando acciones pero las instituciones requieren, a decir de Amartya Sen, de otro elemento, el que les infunda vida y que es el del comportamiento.

Pero actuar dentro o fuera de las instituciones, tendrá sentido y mérito siempre que el comportamiento responda, no a clichés, sino a la responsabilidad de responder a la intención de atender a lo que satisfaga las metas de los individuos que componen la sociedad.

Aquí aparece la problemática de la equidad y la justicia social. Conseguir que el desarrollo, cualquiera que sea el nivel de riqueza material que tenga un país, sea equitativo y justo para las mayorías, no se puede hacer fuera de un respeto a la libertad. El desarrollo integral tiene como condición imprescindible a la libertad.

La libertad es innata a la evolución del desarrollo verdadero y perdurable. Es la que desata el potencial creativo siempre presente en el ser humano. Este concepto de libertad como elemento esencial del progreso, coincide con el del jesuita Teilhard de Chardin quien lo describe como motor y explicación primordial del universo. La tendencia hacia la libertad es consustancial, está en toda criatura, desde los reinos mineral, vegetal y animal.

El comportamiento en la libertad nos lleva a lo que los clásicos llamaron "filosofía moral", el terreno que exploraron los economistas del Siglo XVIII y XIX como Adam Smith, John Stuart Mill y Karl Marx. Amartya Sen nunca se ha apartado de esta vocación filosófica que rescata estas raíces.

Sólo en la libertad tiene el individuo capacidad para desarrollarse y vencer los lastres de su condición de pobreza y de ignorancia. El Estado está para facilitarle esta superación. Para ello, hay que enderezar y reorientar mucho de la vida actual que se presenta globalizada y encadenada a clichés como los de "izquierdas" o "derechas", neoliberalismo o socialismo, consumismo que desvirtúan el propósito íntimo de la economía y de la acción política donde se da una falsa importancia a "slogans" como el de la "economía de mercado", o "modelos económicos" y aún al sacrosanto concepto de "democracia".

Lo esencial está en la acción que tenga relación directa con la comunidad cuya felicidad es la finalidad del poder público. La atención a la persona es el último criterio. Impresiona oír al doctor Sen, laureado en muchas universidades, citar la parábola del Buen Samaritano. Es la responsabilidad definitiva de todos.

En México, al cubierto de instituciones y formalismos se perpetran los desvíos más atroces, siempre que se cuiden "los tiempos y las formas" institucionales, aunque con ello atropellemos derechos y valores y neguemos el apoyo a los más necesitados.

Amartya Sen, en su madurez nos recuerda que el desarrollo no es cuestión de cifras e índices, sino de la realización de la libertad como única vía de progreso para el individuo y la sociedad.

juliofelipefaesler@yahoo.com

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