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Analfabetas funcionales

Diálogo

YAMIL DARWICH

El doctor José Narro Robles, rector de la UNAM, calificó de vergonzoso que cinco y medio millones de mexicanos no sepan leer ni escribir. También dijo que hay treinta y tres millones de analfabetas funcionales que no han concluido su primaria.

La declaración es grave señalamiento a la ineficiencia de nuestro sistema educativo nacional, que luego de más de cien años, no logra proporcionar herramientas con calidad competitiva para la vida, a los mexicanos.

A esas cifras, habría que agregar otros millones de compatriotas descalificados en sus competencias y habilidades para el trabajo; técnicos y profesionistas que ostentan títulos y diplomas sin respaldarlos con capacidades, conocimientos y destrezas prácticas para la vida profesional.

Una de las muchas críticas al gobierno porfirista fue, precisamente, la situación de ignorancia y analfabetismo del pueblo de México; se dice que en el medio rural era prácticamente total y que en el urbano, no alcanzaba ni cinco por ciento de personas que sabían leer y escribir correctamente; de ahí la preocupación por la no adecuada ocupación en abatir el porcentaje de personas que no saben leer y escribir o son analfabetas funcionales del presente: suman al menos, al treinta por ciento de los mexicanos.

La orientación política, -que no educativa- es cubrir estadísticamente esta debilidad nacional; hasta hace poco tiempo, hablar de alfabetización, se refería a datos estadísticos de cursos y programas ineficientes o inexistentes.

La realidad es diferente: sólo se refiere a horas de trabajo y personas atendidas, que al final de cuentas no aprendieron a leer o escribir y en el caso de que lo lograron, tampoco llegan a comprender los mensajes entregados.

Comprenderá que con declaraciones politiqueras de funcionarios públicos, que sólo desean "llenar la página" y la manipulación estadística de la realidad, México no avanzará.

El concepto de "analfabeta funcional", define a quienes no cuentan con esas habilidades para alcanzar la comprensión de lo leído y, consecuentemente, son incapaces de aplicar la información a la vida práctica y cubrir -por ellos mismos- sus propias necesidades humanas.

La situación se complica aún más: el mundo globalizado, con el desarrollo de los medios de comunicación, agrandan el problema de nuestras desventajas.

La interconectividad entre todos los países del mundo, requieren de otras habilidades, muy por encima del simple saber leer y escribir.

Actualmente, no poder comunicarse con personas de otras culturas, limita enormemente las oportunidades de los sujetos y, para el caso de los profesionistas, no hablar un segundo idioma -preferentemente el inglés-, y/o no manipular adecuadamente la computadora, los transforma en analfabetas de la sociedad del conocimiento.

La incapacidad todavía va más allá, cuando consideramos la sistematización de todos los servicios públicos, que inutilizan a todas aquellas personas que no tuvieron la oportunidad de estudiar. Cada día, las dependencias oficiales recurren más a las computadoras para hacer pagos, notificaciones, ofrecer orientación o dar avisos varios y el futuro próximo se avizora con la intercomunicación como sistema, que eliminará las tradicionales ventanillas de servicios o información.

Pronto, esos analfabetas funcionales del presente, serán incapaces de realizar actividades tan elementales como abonar pagos o hacer compras y en México, más de la mitad de la población, estaremos en tales circunstancias.

Si a Usted le parece exagerada la afirmación del párrafo anterior, le pido considere la evaluación de sus propias habilidades para comunicarse:

¿Es Usted capaz de "navegar" en la Internet?; ¿tiene cuenta de facebook o twitter?

Si usted no respondió afirmativamente a las preguntas, entonces está limitadamente comunicado y parcialmente informado; en el mejor de los casos, las noticias le llegarán con retraso de horas o días, muy posiblemente censuradas o "rasuradas", perdiendo la oportunidad de manejar la información en tiempo y forma que le sean convenientes.

Con tales comentarios, ahora lo invito a que retomemos la declaración del rector de nuestra máxima casa de estudios y dimensionemos las peligrosas limitantes de nuestro país. Casi la mitad de los mexicanos, somos analfabetas funcionales del siglo XXI, en un mundo donde la educación integral es la base fundamental para producir calidad de vida.

En relación a los jóvenes que inician su camino hacia la productividad, la sentencia es fatal: no dominar la comunicación, los ubica en la incapacidad laboral y los mantendrá con ingresos limitados.

El reto es aún mayor: desarrollar las nuevas habilidades del presente, requiere de una infraestructura tecnológica que no poseemos, además de los recursos personales para adquirir las herramientas -computadoras y los servicios de comunicación: tener acceso a Internet.

En tanto, la lucha por establecer monopolios en servicios de comunicación se ha recrudecido.

La guerra entre empresarios, representa amenazas para el bien común, pero también una débil luz de esperanza para quienes creemos que la leal competencia no sólo abaratará los costos, sino que además nos darán mayor accesibilidad a los servicios. ¿Qué opina?

Ydarwich@ual.mx

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