EDITORIAL Caricatura editorial columnas editorial

¿Anarquía o Estado?

Diálogo

YAMIL DARWICH

Sin dudarlo, la anarquía se presenta en el mundo como una respuesta a la falta de llenado de las aspiraciones sociales y necesidades de los ciudadanos y sus familias.

De hecho, los anarcas, aseguran que estaríamos mejor si no hubiera Estado.

P.J. Proudhon, teórico de la anarquía dice: "La violencia grave y el caos social no son ocasionados por individuos, ni pequeños grupos de individuos, sino por el propio Estado.

Esa frase lapidaria, bien puede aplicarse a gobiernos - en todos los niveles- como el nuestro, que por incapacidad y hasta negligencia al atender otros intereses diferentes a los comunes, se han alejado del fin primordial del Estado: dar seguridad, orden y paz social.

Otros pensadores, muestran posturas opuestas en relación al Estado: Thomas Hobbes, filósofo inglés -1588-1679- dice que el Estado no tiene nada que ver con la condición de género humano; que el natural -refiriéndose a la organización social- es salvaje, feroz y peligroso, y que el primero de ellos se creó, precisamente, para la defensa de las personas.

En el mismo tema, con un punto de vista diferente, John Locke, inglés, -1632 - 1704- afirma que la gente prefiere vivir en paz y que, en realidad, puede hacerlo incluso en un estado natural.

Gertrude Elizabeth Margaret Anscombe -1919 - 2001¬- filósofa y teóloga irlandesa, define la autoridad del Estado como "el derecho a tomar decisiones y el derecho a ser obedecido cuando la obediencia es oportuna"; aquí cabe otro principio de convivencia: el "trato igual entre los iguales", correspondiendo al Estado la grave responsabilidad de asegurarlo.

La misma Anscombe, reconoce la importancia de la existencia del Estado, con todos sus derechos, reconociendo que sería innecesario si los seres humanos fuéramos virtuosos y nunca tratáramos de perjudicarnos unos a otros.

Así, el Estado, con todos sus derechos y responsabilidades, se ha justificado ante la necesidad de proteger a los ciudadanos en sus posesiones y pertenencias.

Sus razones de ser se enumeran, empezando por cuidar el bienestar y la propia vida del individuo; asegurar el orden social a partir de reglas de convivencia que sean aplicables y respetadas por todos; cuidar la seguridad de todas las pertenencias, ante otros extranjeros o locales que intenten abusarlos; e interpretar lo que las mayorías desean, obedeciendo y actuando en consecuencia, caso de los democráticos.

Cuando no se cumplen las justificaciones de la existencia del Estado y el poder que a éste se le ha encomendado, a través de algunos elegidos entre los ciudadanos, nace la inconformidad que comúnmente desemboca en violencia.

Para el caso, vale la pena mencionar lo acontecido en Egipto y otros países del Oriente Medio, donde el propio pueblo se manifestó públicamente exigiendo la atención a las necesidades por las que fue creado el Estado.

Pierre-Joseph Proudhon -1809-1865-, filósofo político y revolucionario anarquista francés, que fuese encarcelado por sus ideas radicales, definió al gobierno y los gobernantes escribiendo: "Ser gobernado es ser observado, inspeccionado, espiado, dirigido, obligado por la ley, numerado, regulado, registrado en una lista, adoctrinado, sermoneado, controlado, estimado, tajado, censurado, mandado por criaturas que no tienen ni el derecho, ni la sabiduría ni la virtud para hacerlos ( ...) es (...) registrado, contado, gravado con impuestos, catalogado, numerado, valorado, permitido, autorizado, amonestado, impedido, prohibido, reformado, corregido, castigado. Es, bajo el pretexto del interés público ( ...) ser obligado a una contribución, instruido, desplumado, explotado, monopolizado, extorsionado, exprimido, engañado, robado; después a la más mínima resistencia, a la palabra de queja, ser reprimido, multado, denigrado, acosado, acorralado, insultado, aporreado, desarmado, atado, asfixiado, encarcelado, juzgado, condenado, arrojado, expulsado, sacrificado, vendido, traicionado y rematado, burlado, ridiculizado, mofado, ultrajado, deshonrado; este es el gobierno; esta es su justicia; esta es su moralidad".

Desde luego que era una exposición subversiva contra la autoridad del Estado, mismo que reaccionó encarcelándolo, con todo el poder que le da el monopolio de la fuerza.

Los anarquistas de izquierda, piensan que el Estado ideal sería con poca o ninguna propiedad privada; en contraparte, los de derecha, contravienen a sus opositores declarando que la sociedad ideal se basa en el derecho absoluto a la propiedad, manteniendo unidos a los ciudadanos por la cooperación voluntaria.

Desafortunadamente, la propia condición humana y los deseos de satisfacer las necesidades particulares, hace que los seres organizados en sociedades -nosotros- lleguemos a perseguir nuestro bienestar y el de los cercanos, sin considerar a otros.

Esas son algunas argumentaciones fundamentales para establecer al Estado, con toda la fuerza de leyes y poder represor, que debe comprometerse a la interpretación y atención de los deseos mayoritarios de un grupo social.

Ahora, en tiempos de elecciones estatales y próximos federales, es buen ejercicio poder palomear el larguísimo listado de Proudhon, como un principio de análisis para definir por quiénes nos conviene votar ¿Acepta?

Ydarwich@ual.mx

Leer más de EDITORIAL

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de EDITORIAL

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 603031

elsiglo.mx