Se extiende violencia. Piedras, palos y algunos escudos caseros están utilizando los opositores del Gobierno de Hosni Mubarak en un día más de enfrentamientos, de acuerdo a reportes la anarquía se ha apoderado de las principales calles de El Cairo. Lemas. Manifestantes yemeníes gritan lemas durante una protesta contra del régimen del presidente Ali Abdalá Saleh.
Oponentes y partidarios del régimen protagonizaron el jueves una segunda jornada de enfrentamientos en el centro de El Cairo, mientras la anarquía se adueñaba de la ciudad.
Hubo saqueos e incendios mientras turbas de golpeadores que apoyan al presidente Hosni Mubarak atacaron a reporteros, extranjeros y activistas, en tanto el ejército arrestó a periodistas extranjeros.
MUBARAK, TEME
Mubarak dijo, en una entrevista con la cadena ABC, que tiene la intención de retirarse del poder, pero agregó que no lo puede hacer por temor a que el país se suma aún más en el caos. También culpó de la violencia a la Hermandad Musulmana, opositora del régimen.
"Estaba muy molesto por lo que pasó ayer", dijo Mubarak a la periodista Christiane Amanpour. "No quiero que los egipcios luchen unos contra otros".
Mubarak ha dicho que no intentará reelegirse en septiembre. Estados Unidos, uno de los principales aliados de Egipto, lo ha presionado para que logre una transición rápida hacia un Gobierno democrático y ha dicho que sus primeras reacciones ante las protestas han sido insuficientes.
Varios fiscales anunciaron que congelarían los bienes y prohibirían la salida al extranjero del ex ministro del interior Habib el Adly, que había reprimido varias protestas contra Mubarak en enero. Varias medidas similares fueron anunciadas contra los ex ministros de turismo y vivienda, que son empresarios millonarios poco populares entre la población.
Al mismo tiempo que se daban estas concesiones a los manifestantes, el Gobierno hizo correr versiones de que eran extranjeros los que alimentaban los disturbios y apoyaban a las decenas de miles de personas que desde hace 10 días exigen la partida inmediata de Mubarak, el líder supremo de este país desde hace casi tres décadas.
"Cuando hay manifestaciones de esta magnitud, vienen extranjeros a aprovecharse y les interesa elevar la energía de los manifestantes", dijo el vicepresidente Omar Suleiman.
EU CONDENA ACOSO A PERIODISTAS
En Washington, el vocero del Departamento de Estado, P.J. Crowley, condenó lo que llamó "una campaña concertada para intimidar a los periodistas internacionales en El Cairo".
Turbas de partidarios del Gobierno apalearon a los periodistas extranjeros en las calles aledañas a la céntrica Plaza Tahrir, el epicentro de las protestas.
Las fuerzas de seguridad detuvieron a decenas de reporteros del Washington Post, el New York Times y otros medios. Un periodista griego fue apuñalado en una pierna y un fotógrafo fue golpeado en la cara por atacantes que destruyeron parte de su equipo.
La red de televisión panárabe Al-Arabiya, pidió al ejército que defendiera a sus oficinas y periodistas y Al-Yazira anunció ataques a dos de sus periodistas.
La policía militar allanó las oficinas de un grupo egipcio defensor de los derechos humanos y detuvo a ocho integrantes de Amnistía Internacional y uno de Human Rights Watch, denunciaron estos grupos.
La anarquía, que había cedido desde el fin de semana, volvió a extenderse. Un gran supermercado en el suburbio de Sheikh Zayed estaba en llamas y saqueadores lo estaban despojando. También ardía un edificio junto a un hotel de cinco estrellas con vista al Nilo. Además se registraron incendios en el suburbio de Shubra, al norte, dijeron las fuentes oficiales, que hablaron bajo la condición de anonimato.
El primer ministro pidió disculpas por los ataques de los simpatizantes del régimen a los manifestantes antigubernamentales en el centro de El Cairo, prometiendo iniciar una investigación para determinar quién es el responsable.
Los manifestantes prodemocráticos acusaron al régimen de enviar una fuerza de matones pagados y a policías vestidos de civil para atacarles con piedras, palos y bombas incendiarias con el objeto de aplastar su movimiento para derrocar al presidente Hosni Mubarak.
El primer ministro Ahmed Shafiq, dijo a la televisión estatal: "Pido disculpas por todo lo que sucedió ayer porque no es lógico ni racional".
La revuelta ha provocado la partida de un millón de turistas extranjeros en los últimos nueve días, lo que le ha costado mil millones de dólares al país, dijo Suleiman.
Se enciende Yemen
Decenas de miles de opositores al presidente autocrático de Yemen, un aliado de Estados Unidos en la lucha contra los milicianos islámicos, realizaron el jueves manifestaciones que pusieron de relieve las profundas divisiones en la más pobre de las naciones árabes.
Occidente está particularmente preocupado por la inestabilidad en Yemen, donde opera la red terrorista al-Qaida en la península arábiga. Las autoridades antiterroristas estadounidenses se preocupan de que las fuerzas de seguridad yemeníes se concentren más en proteger el Gobierno, permitiendo que al-Qaida aproveche la oportunidad.
El presidente Alí Abdalá Sale, en el poder desde hace más de tres décadas, anunció el miércoles que no buscará la reelección en el 2013 ni buscará transferir el poder a su hijo. Su compromiso fue considerado un intento por mitigar las voces que reclaman su salida. Grupos opositores dicen que sospechan del ofrecimiento y dijeron que quieren propuestas concretas de cambios.
Ayer, decenas de miles de personas protagonizaron protestas en siete ciudades y pueblos yemeníes reclamando de viva voz la renuncia del presidente. En la capital Saná, miles de partidarios del Gobierno efectuaron una contraprotesta, advirtiendo que la oposición está tratando de desestabilizar el país. Helicópteros militares sobrevolaron algunas áreas y había una fuerte presencia policial en torno del ministerio del interior y del Banco Central.