2011 será un año de grandes retos para los ciudadanos. Nuevamente inicia el año con graves problemas de seguridad a nivel nacional, además que la crisis económica aún no se supera y el fantasma del desempleo amenaza a las familias.
Hoy más que nunca la ciudadanía está obligada a jugar un papel protagónico en el rumbo del país, ya que si históricamente los acuerdos entre políticos son difíciles, este año que comienza serán prácticamente nulos ya que cualquier decisión estará pensada en función del proceso electoral del 2012 y no en el beneficio de los ciudadanos.
En este contexto la población debe vigilar el desempeño de los funcionarios, así como denunciar los actos de corrupción. Sólo la presión de los ciudadanos puede obligar a los políticos a hacer su trabajo sin fines partidistas.
El 2011 llega, por desgracia, con pendientes similares a los de años anteriores. Las reformas estructurales que tanto necesita el país no llegan, pero sin duda hoy la gran asignatura pendiente es la seguridad. Los mexicanos desean volver a salir a las calles sin miedo, con la confianza de que regresarán a casa.
Un saldo de más de 30 mil muertos como consecuencia de la guerra contra el narcotráfico que libra el Gobierno Federal, obliga a pensar si la estrategia es la correcta. Sobre todo cuando la inseguridad y el miedo de morir en medio de una balacera cada vez asfixia más a la sociedad. El luchar contra el crimen no está a discusión, pero sí vale la pena revisar el cómo se pelea.
Atrás quedaron los festejos del Bicentenario y las alegorías del gran país que queremos ser, ya sin juegos pirotécnicos es tiempo que los ciudadanos asumamos un rol más participativo para que entre todos construyamos un mejor México, un mejor lugar para vivir. Este año que inicia es un buen pretexto para dejar a un lado la apatía y transformarla en participación social.
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