El gobierno de Estados Unidos aplaudió la decisión de los gobiernos de la Unión Europea (UE) de ampliar las sanciones económicas contra Siria e Irán.
La medida busca elevar la presión sobre Damasco por la violenta campaña de represión que mantiene desde marzo pasado contra los sectores opositores de su población y, en el caso de Irán, por la decisión de continuar adelante con su programa nuclear.
El vocero presidencial Jay Carney dijo que las nuevas sanciones reflejan 'una vez más la determinación de la comunidad internacional ante el asalto sobre los derechos fundamentales de los sirios por parte del régimen de (el presidente Bashar Al) Assad'.
Asimismo, las sanciones ponen de relieve 'el continuo fracaso del régimen de Irán para cumplir con sus obligaciones internacionales', añadió Carney.
Bajo las nuevas sanciones anunciadas este jueves en Bruselas, un total de 34 individuos y 143 empresas iraníes fueron colocados en una lista negra, por lo que se les prohibirá realizar negocios con bancos y entidades financieras europeas.
Otras 12 personas y 11 compañías iraníes fueron agregadas a una lista similar.
'Aplaudimos la determinación de la Unión Europea de presionar a los regímenes (sirio e iraní) para poner fin a sus inaceptables acciones, así como su disposición para considerar más acciones' punitivas, apuntó Carney.
Dijo que su gobierno ha mantenido una cercana coordinación con la Unión Europea en relación con ambos países, tema discutido el pasado lunes en la cumbre entre líderes de la UE y el presidente estadunidense Barack Obama.
'Las acciones de este día ponen de relieve el compromiso de Estados Unidos y nuestros aliados europeos de trabajar juntos frente a estos retos compartidos', puntualizó el vocero de la Casa Blanca.