Protestas. Un opositor al régimen está herido y mientras otro lo atiende, el gobierno se niega a aceptar que es represión.
Miles de manifestantes armados con palos y respaldados por militares desertores tomaron ayer una base de la Guardia Presidencial en la capital yemení, mientras estallaban combates en gran parte de Saná. La cifra de muertos por la peor ola de violencia en varios meses se elevó a casi 50 en dos días de enfrentamientos.
Los manifestantes, acompañados por soldados de la rebelde Primera División Blindada, irrumpieron en la base sin disparar una sola vez y se apoderaron de un gran número de armas, según testigos y funcionarios de seguridad.
La fuerza antigubernamental usó sacos de arena para erigir barricadas en su avance, proporcionándole a sus tropas aliadas un refugio en caso de que fueran atacados desde el interior de la base.
Las tropas de la Guardia Republicana no dispararon contra los manifestantes y al final prefirieron huir, dejando sus armas atrás. La fuerza de élite era dirigida por un hijo del presidente Alí Abdalá Salé, Ahmed, en el sur de la ciudad.
Fuerzas leales al régimen de Yemen -entre ellos francotiradores que dispararon desde azoteas contra manifestantes- mataron el lunes a por lo menos 23 personas en el segundo día de enfrentamientos que sacuden a la capital, dijeron médicos y autoridades de seguridad.
Los dos días de enfrentamientos, en los que han perecido casi 50 personas, constituyeron el brote de violencia más grave en los últimos meses, a medida que se intensifica la frustración en las calles por la renuencia del presidente a dimitir después de 33 años en el poder.
Las autoridades dijeron que 20 de las 23 personas que murieron ayer quedaron en la calle Hayel, en el centro de Saná. Entre las víctimas fatales se encontraban un niño y al menos tres soldados que desertaron y se unieron a los manifestantes.
Efe
Se elevan muertos por represión en Siria
Los muertos por la represión en Siria se elevaron ya al menos a 2 mil 700, un centenar de los cuales eran niños, según informó ayer la Organización de las Naciones Unidas.
La alta comisionada adjunta para los Derechos Humanos, Kyung-wha Kang, ofreció este nuevo recuento en una sesión del Consejo de Derechos Humanos dedicada a evaluar los efectos de la represión de los movimientos democráticos en Yemen, Libia y Siria.
Al presentar el resultado de las investigaciones llevadas a cabo por una comisión de la ONU, Kang relató casos de detenciones arbitrarias, ejecuciones extrajudiciales y de manifestantes que incluso fueron secuestrados por las fuerzas de seguridad en sus propias casas o en hospitales, en el caso de estar heridos.
Asimismo, se refirió al uso corriente de la tortura por parte del régimen de Bachar al Asad, en muchos casos para conseguir confesiones falsas.
La alta comisionada adjunta denunció que hasta "los niños estuvieron entre los torturados".