Diferencias. El guionista aseguró que no trabajará en ninguna otra película con el director como en Amores Perros, 21 Gramos o Babel.
El guionista mexicano Guillermo Arriaga descartó ayer volver a trabajar con el director Alejandro González Iñárritu, con quien realizó la película Amores Perros, en el año 2000.
Arriaga enfatizó en conferencia de prensa ofrecida en Santiago que "no hay ninguna posibilidad" de volver a trabajar con González Iñárritu, con quien realizó además 21 Gramos, en 2004, y Babel, en 2006.
Las diferencias entre ambos datan de 2006, cuando Arriaga aseveró que los escritores debían tener créditos en las películas como autores junto al director, lo cual fue descartado por González Iñárritu.
El guionista, novelista y director de cine mexicano ofrecerá este viernes y sábado un curso en la Pontificia Universidad Católica de Chile, el mismo que ya ha impartido en México, España, Suiza y Francia.
Arriaga indicó que la gustaría realizar una película en Chile, en particular en el desierto de Atacama (norte) o en la Patagonia (extremo sur), pero "el problema es que este país no está a la vuelta de la esquina" , en alusión a la gran distancia con México.
"Me han hablado que son lugares espectaculares, el problema es que este país no está a la vuelta de la esquina, pero lo pensaremos" , comentó.
Arriaga, considerado el libretista latinoamericano de mayor prestigio y éxito mundial, apuntó que para los realizadores de esta región "aún resulta muy difícil hacer cine".
Apuntó que a películas estadunidenses como Spider man le asignaron recursos por seis millones de dólares sólo para promoción, monto que corresponde al "mismo dinero que nosotros utilizamos para hacer una película".
"Los latinoamericanos apenas disponemos de 500 mil dólares para promoción. Como ven, la diferencia es grande, por lo tanto la lucha por triunfar también es muy grande", enfatizó.
El guionista mexicano comentó que los distribuidores, en general, se encuentran amarrados a las grandes productoras que copan las salas con sus películas.
"En México, por ejemplo, las productoras estadounidenses son capaces de copar dos mil salas de cine con un estreno, sin dejar espacio para el cine independiente e incluso para filmes de ese mismo país, pero de menor valor comercial", añadió.