La dirección de Espionaje Nacional recientemente asignó a la situación mexicana prioridad máxima entre las amenazas a la seguridad nacional estadounidense, dijo el jueves el director de ese despacho durante una interpelación legislativa.
James Clapper dijo al comparecer ante el comité de espionaje de la cámara baja que "no hay duda de que es una inmensa preocupación para nosotros debido no sólo al potencial, sino a la violencia que ya ha pasado a los estados fronterizos" estadounidenses.
Caryn A. Wagner, subsecretaria de espionaje en el Departamento de Seguridad Nacional, admitió que si bien las tasas de criminalidad son bajas en los estados fronterizos de Estados Unidos, "no les diré que no hay violencia ligada al narcotráfico porque sí la hay. Toda la comunidad (de organismos estadounidenses de espionaje) trabajan en ello".
En su testimonio ante los legisladores, Clapper sostuvo que los esfuerzos antinarcóticos realizados por el gobierno mexicano han logrado resultados contundentes pero sus capacidades militares y policiales siguen siendo inadecuadas para quebrantar al crimen organizado y contener la violencia criminal.
El presidente Felipe Calderón gestiona reformas institucionales que fortalezcan el estado de derecho, pero "el progreso es lento debido a la escasez de recursos, prioridades políticas enfrentadas y resistencia burocrática", agregó.
Si bien los esfuerzos de Calderón cuentan con apoyo, Clapper observó que "la creciente violencia está debilitando la confianza del público en la capacidad del gobierno para derrotar a las organizaciones narcotraficantes".
Clapper advirtió que el ambiente que rodea a funcionarios estadounidenses asignados en México "puede deteriorarse si los carteles concluyen que la asistencia de Estados Unidos es fundamental en cualquier mejoría pronunciada de los esfuerzos mexicanos antinarcóticos".
Esta audiencia legislativa sobre las amenazas globales es considerada una de las más importantes del año porque sirve al director de Espionaje Nacional para presentar las prioridades de los 16 organismos estadounidenses de espionaje y fija el temario para los comités legislativos que deben escoger cuáles temas abordar y cuáles programas financiar.
La violencia atribuida a los carteles de las drogas han alcanzado niveles sin precedentes desde que Calderón lanzó en 2006 una ofensiva contra el narcotráfico y ordenó el despliegue de miles de soldados y policías federales en las zonas del territorio mexicano más afectadas por el crimen organizado.
Más de 34.600 personas han sido asesinadas en todo el país desde diciembre del 2006, y el 2010 se volvió el año con el mayor número de homicidios atribuidos al crimen organizado con más de 15,000.
