El Papa Benedicto XVI celebró hoy una misa al aire libre en la capilla de peregrinaje en honor de la Virgen María en Etzelbach, a la que asistieron alrededor de 100 mil personas en pleno núcleo de la Alemania protestante.
El Papa se desplazó de Erfurt, la capital del estado oriental de Turingia, donde se reunió con los representantes de la Iglesia Evangélica, en un helicóptero que lo dejó en Etzelbach.
De ahí cruzó en su 'Papamóvil' el campo lleno de gente en el que se dirigió un altar para la celebración de una misa al aire libre. La gente ahí reunida lo saludó en forma entusiasta agitando telas con los colores del Vaticano y pancartas con palabras de bienvenida.
Las personas que querían atestiguar la misa del Papa empezaron a llegar desde la madrugada para alcanzar un buen lugar. En principio se había contado con que iban a asistir alrededor de 60 mil personas.
El clima volvió a ayudar al Papa porque a pesar de que en gran parte de Alemania llueve, la misa pudo llevarse a cabo al aire libre, tal como había sido planeada, bañada por un sol dorado del atardecer en el otoño alemán. La atmósfera fue alegre y emocionada.
Con su visita a Turingia, Benedicto XVI quiso honrar la firmeza de los católicos en la ex República Democrática de Alemania. En el servicio religioso estuvo presente el presidente de Alemania, el demócrata cristiano Christian Wulff.
El pontífice alertó en su prédica contra hacer de la autorrealización la meta de la vida de cada persona. Dijo que la autorrealización, no es lo que posibilita el pleno desarrollo del ser humano, como lo propaga la imagen de la vida moderna. Dijo que esa actitud puede convertir con facilidad en un 'refinado egoísmo'.
Puso como ejemplo de una vida realizada en plenitud a la de la Virgen María con su actitud de entrega. María tiene para los cristianos, dijo, un significado sobresaliente. Puntualizó que desde la cruz, Jesús dio su madre a la humanidad para que fuera su madre.
'En el momento de su autosacrificio por la humanidad, hizo El a María la intermediaria de la corriente de gracia que procede de la cruz', aseveró.
La figura de la Virgen María es justamente uno de los puntos de conflicto entre las creencias de la Iglesia Católica y la Protestante, ya que ésta última no le otorga la misma importancia. Desde el punto de vista católico, María es la imagen primigenia de la Madre Iglesia.
La Iglesia Protestante parte de la base de que sólo hay un intermediario para llegar a Dios, y éste es Jesús.
