El líder del conservador Partido Popular (PP), Mariano Rajoy, se convirtió en el sexto presidente del gobierno de la democracia española, al ser elegido pormayoría absoluta con el apoyo de los 185 diputados del PP, y de los dos representantes del Foro de Asturias (FAC, partido fundado por un exministro del PP) y Unión del Pueblo Navarro.
“Me siento contento, porque han sido muchos años trabajando”, dijo a la salida del hemiciclo. “Y aunque la situación es difícil, tengo ganas, ilusión y determinación para llevar a España adelante”, añadió en referencia a la grave situación económica que vive el país. Hoy miércoles jurará su cargo ante el rey Juan Carlos y luego dará a conocer a los nuevos ministros de su gobierno. Un asunto que sigue siendo secreto. En la votación celebrada en el Congreso de los Diputados votaron en contra los 149 parlamentarios del Partido Socialista Obrero Español, de Convergencia I Unió (nacionalistas catalanes, CiU), los comunistas y republicanos de Izquierda Unida Unión Progreso y Democracia, el Bloque Nacionalista Galego, la coalición GeroaBai y CompromísEquo. La coalición vasca Amaiur, el Partido Nacionalista Vasco y Coalición Canaria se abstuvieron.
La sorpresa de la jornada la protagonizó la coalición independentista vasca Amaiur -que tras 18 años volvía a estar presente en el Congreso esta vez con siete escaños-, ya que al abstenerse mostró su negativa a participar en una votación de un presidente español, según explicó el vocero, Iñaki Antigüedad.
Y ello pese a que tradicionalmente la abstención en esta elección se entiende como un gesto hacia el nuevo jefe del gobierno. De hecho, en 1993, la última vez en que la izquierda independentista, que entonces se aglutinaba bajo el nombre de Herri Batasuna, estaba representada en el hemiciclo, sus diputados se ausentaron en la votación.
En su intervención durante la segunda jornada del debate de investidura, el líder de Amaiur anunció que su partido va a “perseverar” en la resolución del conflicto vasco. Urgió a Rajoy a dar pasos a favor de los presos y de un proceso de paz en el que no haya ni vencedores ni vencidos y se reconozca por igual la memoria de todas las víctimas, y le recordó que la paz se hace “con el enemigo no con el amigo”.
ESPAÑA NADA LE DEBE A ETA
En su turno de réplica, Rajoy comenzó su discurso asegurando que ni él, “ni la sociedad española le debe nada” a quienes han apoyado a los violentos, en referencia a la coalición independentista.
Para recordar después sus vivencias políticas y especialmente su experiencia como ministro del Interior: “He visto muchas familias destrozadas, he asistido a muchos funerales, he consolado a gente que no entendía por qué otros decidían sobre sus vidas sin haber hecho absolutamente nada”.
En este sentido, apuntó que el mejor ejercicio de perseverancia que pueden hacer es reclamar la disolución de la organización terrorista vasca ETA, que hace unos meses anunció el cese del terrorismo. “Sólo le pido que sea usted perseverante a la hora de decirle a ETA ‘tienen que disolverse’”, subrayó.
Antigüedad insistió en la necesidad de que los partidos hablen, incluidos Amaiur y el PP, aunque sean adversarios, dijo en referencia a lanegativadelPPanegociar con los independentistas. Y reiteró que unos y otros están “condenados” a dialogar aunque partan de enfoques muy divergentes, “cada cual con sus identidades y sus obsesiones”. En este sentido Antigüedad recordó el caso de Irlanda del Norte y la organización terrorista IRA (Ejército Republicano Irlandés) y el acuerdo de paz de Stormont, que en 1998 puso fin al conflicto en el Ulster.