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La propuesta del gobernador de Coahuila, Rubén Moreira para prohibir la circulación de vehículos con permisos provisionales de Durango causó fuerte polémica, pero mientras se debate lo conveniente o práctico de la idea, se debe destacar el hecho de que la proliferación de vehículos sin placas ocurre a pesar de todas las leyes que se han creado y los operativos que se aplican.
Hay mérito en la propuesta de Moreira: los permisos provisionales son la herramienta más socorrida para evadir el plaqueo de vehículos y en Durango el descontrol es mayor que en Coahuila. Prueba de ello es la facilidad con la que automovilistas de Torreón consiguen permisos en Gómez Palacio o Lerdo.
Pero si este es el problema, la responsabilidad es del gobierno de Durango, para aplicar mayor control. Si de manera unilateral el gobierno de Coahuila pretende solucionar el desorden, el impacto negativo lo sentirán los miles de automovilistas que a diario circulan por la zona metropolitana sin reparar en los límites geográficos.
Además, la propuesta de Moreira tiene un dudoso sustento legal, pues la Constitución de la República ordena a cada estado dar pleno reconocimiento a los actos y documentos de otros estados.
El fondo del problema no es uno de leyes. Éstas existen, pero no se aplican. En Coahuila es ilegal circular sin placas y los permisos provisionales tienen vigencia y vencimiento, todo lo cual no es obstáculo para la circulación de miles de autos sin placas.
Tan sólo en Torreón se estima que la mitad del parque vehicular no porta láminas, lo que significa que uno de cada dos automóvilistas en la ciudad viola sistemáticamente la ley.
La realidad es que ninguno de los operativos aplicados en los últimos años para reducir esta ilegalidad ha funcionado. Administraciones estatales y municipales han endurecido la vigilancia en distintos momentos, sólo para abandonarla en unas cuantas semanas.
Otro problema es el de las organizaciones de propietarios de vehículos extranjeros, que han formalizado la ilegalidad mediante permisos que se dan de manera indiscriminada.
El propio Rubén Moreira ha señalado que los autos "chuecos" son una amenaza a la economía de Coahuila, el principal estado productor de automóviles del país. Pero también es cierto que estas organizaciones son una rica fuente de votos para el partido que los cobije. Si no se aplica mano dura contra estos grupos, el objetivo de reducir el número de autos sin placas nunca se va a lograr.
Esta meta requiere no sólo de medidas extremas, sino también de una rigurosa aplicación de la ley. Si no se cumple este requisito, se podrán establecer prohibiciones de todo tipo y ninguna va a funcionar.
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