Avanza proyecto. En Durango buscan controlar que la práctica del Bullying no se convierta en un abuso entre niños.
Parece que el Congreso del Estado por fin desahogará las reformas planteadas hace casi diez meses, para prevenir y abatir la violencia escolar.
El diputado local Dagoberto Limones López, presidente de la Comisión de Educación del Congreso del Estado, aseguró que el análisis y estudio del paquete de reformas para tratar el "bullying" registra un avance del 90 por ciento.
"Creo que en unos diez días más estaremos legislando al respecto", sostuvo Limones López al ser cuestionado en la última sesión del Congreso local, sobre los avances de la Comisión de Educación en la dictaminación.
La iniciativa fue presentada el pasado 11 de enero de por la legisladora local Karla Alejandra Zamora García, a través de la Comisión Permanente; sin embargo, fue hasta principios de julio cuando la Comisión de Educación convocó a sesión para abordar por primera vez la propuesta, en conjunto con representantes de asociaciones de padres de familia.
Dagoberto Limones adelantó que, en términos generales, la iniciativa no sufrió tantas modificaciones en los foros y reuniones que se realizaron para analizar las reformas.
TEMA 'ATORADO'
"Donde estamos batallando es el cómo legislar para corregir el 'bullying', no es muy sencillo hacerlo porque trastocas a veces derechos humanos", reconoció el legislador por el distrito local XI.
Dijo que la Comisión de Educación buscará consolidar reformas que no generen conflictos posteriormente. Tras dos mesas de trabajo, algunos foros y conferencias, Dagoberto Limones afirmó que ya se tiene casi diseñado el dictamen.
La propuesta de Karla Zamora, diputada del Partido Verde, pretende realizar algunas adiciones al artículo 77 de la Ley de Educación del Estado que es el que contempla la implementación de programas para abatir el rezago educativo, de los sectores marginados de Durango.
Entre los argumentos para realizar las modificaciones, Zamora García refirió que existen estudios que indican que dos de cada diez niños han sufrido algún tipo de violencia en instituciones educativas; sin embargo, aún es difícil detectar esos casos por la falta de instrumentos que permitan descubrir estas conductas.