Ventaja. El PRI logró ayer retener el estado de Nayarit con Roberto Sandoval como candidato.
En el occidental estado de Nayarit, los resultados oficiales han fluido con mayor lentitud que en las otras regiones del país y apenas se ha contabilizado el 31% de los sufragios.
El aspirante del PRI, Roberto Sandoval, acumula el 48.8 % de los votos, mientras que Martha Elena García, del PAN, logra el 34.5 de los sufragios, y los dos se han proclamado vencedores en la contienda, durante la cual los votantes también eligieron a sus diputados. Guadalupe Acosta del PRD, ontuvo, hasta el cierre de la presente edición, el 11.4% de los votos contados.
Por la noche, después de las 23:00 horas, El candidato del PRI al gobierno de Nayarit, Roberto Sandoval, encabezó una verbena popular frente a Palacio de Gobierno para celebrar su autoproclamado triunfo, en el cual participaron más de dos mil simpatizantes.
En el acto, Sandoval Castañeda sostuvo que el triunfo no es de él, sino del pueblo nayarita y que sólo fungió como intermediario de la voluntad popular.
En el festejo, que empezó a las 22:00 horas locales, se regaló cerveza a los presentes en flagrante violación a la Ley Seca que vence el primer minuto de hoy lunes 4 de julio, sin que las autoridades intervinieran para sancionar el hecho.
En el festejo, el abanderado de la coalición Nayarit nos une se comprometió a gobernar con la ley en la mano y convocó a sus competidores de las demás fuerzas políticas a sumarse a su proyecto, a fin de lograr la unidad en favor de la sociedad nayarita.
Al finalizar la verbena popular, Roberto Sandoval Castañeda se confundió con los asistentes para saludar a sus simpatizantes y saludar de mano a cada uno de ellos.
NAYARIT: SE ENCOMIENDAN AL RESPALDO DIVINO Con plegarias comenzaron su día. El candidato priista Roberto Sandoval Castañeda madrugó y fue a la catedral a pedirle a la Virgen de Guadalupe auxilio para ganar la gubernatura. Comulga y sale con un sabor de boca: "Voten por el candidato idóneo", ha dicho el sacerdote a los fieles en el sermón.
En su casilla de votación, la candidata del PAN, que en otra elección fue del PRD y también exprimera dama nayarita, Martha Elena García, se forma en una fila numerosa y los reporteros la enteran de que su contendiente a vencer fue a misa y ha pedido el refuerzo de la Guadalupana.
-Ya recé en mi casa, con mi familia, explica investida del aplomo de ganador que debe mostrar todo candidato y más si juega por una gubernatura. Se le ve segura de que el triunfo es suyo, por obra de la técnica política y las oraciones al cielo, que nunca sobran.
Dos creyentes católicos. Pero 10 horas después, uno de los dos habrá de mentir, ya que ambos afirman haber ganado. Por la noche, el priista dice que se la lleva por 10 puntos, por lo menos. La panista señala que ha ganado por 3.16%, según la encuestadora Monitor e Indicadores.
Antes de que amanezca la verdad resplandecerá en esa disputa por la gubernatura en la que se contradicen Sandoval y García, una confrontación inédita entre la Guadalupana y algo que se llama Monitor e Indicadores.
El conflicto poselectoral está "cantado", como se dice aquí en Nayarit entre tantas declaraciones que, como fuego cruzado, intercambian los dos cuarteles políticos, pese a que sus candidatos habían dicho y redicho que aceptarían el resultado.
PELIGRO INESPERADO Desde antes de las 8:00 horas ya había gente formada a las puertas de las secciones electorales y había que esperar más de media hora para depositar cuatro boletas en una urna única, o sea, todo en una sola caja. Háganse bolas cuando abran esos recipientes después de las seis.
Así las cosas, el peligro en estas elecciones no fue el crimen organizado que ya ejecutó a más de 250 personas de bandas antagónicas en lo que va del año y que acentúa la inseguridad en suelo nayarita. No, el problema vino de lo que creen los creyentes Sandoval y García. Echados para adelante, uno miente, y fastidia la fiesta a su opositor.
Antes de que Martha Elena se proclamara ganadora, Sandoval anunciaba que formará un gabinete plural y reiteraba su fe católica. Ni parece priista de los que antaño separaban las creencias y la función pública.
A Sandoval, hombre maduro de característico sombrero rural, lo acompañan su esposa Ana Lilia y sus hijos Lidia Alejandra y Pablo Roberto, que de mañana son el retrato de la alegría, y en la tarde descargan estrés en la proclamación del triunfo, en torno de la invocación de un festejo.
Se verá hasta el conteo final quién gana, si el apoyo de la Virgen de Guadalupe o el de la empresa Monitor e Indicadores. Lo cierto es que hay creyentes que mienten y en este caso antes de que cante el gallo se sabría quién es.
