Estable. México registró un salgo migratorio negativo, pero bajo, apenas de uno por cada mil habitantes. ARMANDO ACEVEDO / EL SIGLO DE DURANGO
De una persona por cada mil residentes fue la pérdida migratoria del último cuatrimestre del 2010, dato que señala que la migración y emigración fueron casi parejas, revela la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE).
El estudio realizado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) registró que en al cierre del 2010 3.6 personas abandonaron el país y 2.4 ingresaron, ambas por cada mil habitantes, lo que deja una tasa migratoria negativa de 1.2.
Del año 2006 al 2009 aumentó la emigración de zonas urbanas de 46.3 a 49.7.
En las comunidades urbanas bajas también se incrementó el número de personas que cambiaron su residencia al extranjero: pasó de 15.5 a 17 por ciento.
Disminuyó la expulsión de las comunidades rurales de 38.2 a 33.3.
De la población extranjera que cambió su residencia a México, el 51.3 por ciento lo hizo hacia zonas urbanas, cuya proporción también ha crecido; en el año 2006 el 45.6 de los inmigrantes se asentaba en las urbes.
También aumentó la inmigración internacional a las comunidades urbanas bajas; del 2006 al 2009 cambió de 13.9 a 14.8.
A las zonas rurales también bajó la inmigración de 40.5 a 33.9 por ciento, en las mismas fechas.
POR HOGARES
En la característica de migrantes por hogar, se ha reducido el índice de casas con un migrante de 1.2 a 0.4 por ciento, con lo que finalizó el año 2010. En promedio cada hogar alberga a cinco habitantes.
La ENOE cuantifica la cantidad de personas que cambian de residencia hacia el extranjero, no las entradas y salidas de estos, al igual con los inmigrantes.