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Bajo esta tierra

Relatos de andar y ver

ERNESTO RAMOS COBO

Así creció el changarro. Así creció nuestra tierra. Los tajos se entubaron y a los vados de los pedradones, también se los comió el asfalto. A finales de los setenta, inicios de los ochenta, y bajo la estela de los Warrior's de Walter Hill, una pastilla de testosterona al alcance de cualquiera catalizó un cóctel de entusiasmo, y las calles fueron tomadas por razas juveniles al ritmo de un rocanrol post-escarabajo. Fue entonces, en esa época, que una generación de laguneros asumió ciudad, reconociendo con orgullo a los que vinieron antes.

La cohesión fue en razas conocidas por motes identificadores de donde eran, de donde se juntaban, los de Torreón Jardín, TJ, por ejemplo, el Ojos, Frisbi, Viruta... hasta el Cabe de Uva asomaba la cabeza por allí. De esa década algunos compas ya están fundidos o muéganos... pero otros andan circulando todavía por allí. Habrá que contactarlos para ver qué más nos cuentan de aquellos aconteceres.

Estaban los Dick's un rato más o menos en el 82, el Rolo, q.e.p.d. Razas formadas para competir con el olvidado y romántico sistema de los tiros derechos. Por allí surgieron los Pepo's, por ejemplo, que también eran de TJ, y con los cuales se formó una sola raza para rivalizar con los Bip's de los ochenta, en tiro derecho uno contra uno, Dick's Time. Es cierto que luego se empezó a hacer campal y el tiro derecho empezó a ser la excepción, pero siempre ese romántico madrearse fue el único honorable, no era bien visto andar madreando gente en bola... a menos que fueran más o hubiera circunstancias que lo justificaran. Eran los laguneros en legión viviendo sus calles orgullosos.

Había razas que querían ser acá las más hippizonas, acá las que controlaban macizo. De hecho, para los Pepo's, Ricardo Santos, q.e.p.d., buscaba otros nombres más pegadores, pero como Pepo era el que traía su Renaultcito con la banda de rol todo el día y noche, se chingó Francia, o al menos eso cuenta la calle. La tocada era que el que traía la nave era el bueno, aunque también liderazgo, personalidad y reputación, porque de otra forma no jalaba. Los del Pino también se aparecieron por allí. Los de la Brittingham, Skull Rocker's, Barrio Azul, Punk's de Sani, acá más rostros, o güeyes de la 24, que eran la mayoría porros de aquella época y jugaban americano en Apaches y después en los equipos de la UAC, o los Alcoholes de la Ampliación LA, batos más grandes y paletones y ya más allá del río otra jurisdicción Gómez, más acá intensa la maraca, los de Santa Rosa, Barrio Azul, Ranger Style la raza que cargaba fierro y cobraban como Boogie, jales en el área rural y poblados de los alrededores, algunos que dejaron de 'caber' desde muy jovencitos en las trifulcas de racitas, y que andaban en asuntos de gente mayor, pero eso es otra cosa. Ahora de lo que hablamos es de aquellos chavales, ahora adultos, que vivían y asumían la ciudad como propia, y que aprendieron a amarla.

De un lado a otro dando el rol se empezó a difundir la Mazacuata y asomaron la cabeza otras razas. Los Bolt's, los Hilario's (después Blind's), los Bwama's bills, las Teen's, incluso chavas allí rondando las callejuelas, los Bartolo's, más chicos, acá maniacones, y eso fue en TJ, pero también al otro lado de los bulevares, acá recorriendo Diagonal Reforma todo derecho, en Sani los King's que se trompeaban con los Bolt's la mayoría de las veces, o la raza inexistente a la que no pude pertenecer, o por allá los del Pujido, la Rinco, la 24, que eran camaradas de verdad, y las bandas fresas los veían como ejemplo a seguir, ya sabes, con esa edad fácilmente impresionable de poco que hacer y poca imaginación. Andabas viendo quién te veía de clavo para hacerla de jamón. Pero también viviendo a plenitud la ciudad que aprendimos a construir y amar, la que urge recuperar. Porque el lagunero se faja colega, se faja, desde siempre, y con los tiros derechos que se armaban machines se probó en demasía.

Habrá que buscar algunos de esos individuos que tienen en su memoria datos importantes e ilustrativos de aquellas correrías. Ellos podrán decir lo que fue el Torreón de los ochenta y lo que somos los laguneros, colegas, resurjamos, hermanos. Habrá que indagar bonito, y separar realidad y ficción de algunas mentes divergentes, pero más de uno podrá plasmar pormenores de aquellos trajines. De esa década en la que surgió y se configuró la ciudad provinciana que dejamos de ser. De la cual el asfalto se apoderó de nosotros y nos lanzó a lo que sigue. De la cual ahora debemos levantarnos y abrir los ojos, recordando la libertad que esta ciudad nos enseñó a amar, y el orgullo por todos los que vinieron antes. Aquí se murió mi hermano, mi primo, mis tías, mi abuelo. Aquí están bajo esta tierra. Esta tierra colegas.

Ciudadalfabetos.com

@eramoscobo

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