Rescate. Con este nuevo rescate, serían ya dos con las veces que interviene el Gobierno.
El banco francobelga Dexia, acuciado por su exposición a la deuda griega, se encuentra al borde de tener que ser rescatado por las instituciones públicas, pese a haber aprobado con buena nota las pruebas de resistencia a la banca publicadas en julio de este año.
En este ejercicio de evaluación, Dexia obtuvo una de las mejores calificaciones entre los noventa bancos analizados, entre los que figuraron 25 entidades españolas.
Sólo un mes después, sin embargo, Dexia anunció unas pérdidas de cuatro mil millones de euros durante el segundo trimestre de este año, las más elevadas de su historia, lo que puso a la entidad en el punto de mira de los inversores.
Una de las causas de los problemas actuales del banco francobelga es que, en el momento de realizar las pruebas de resistencia, la Autoridad Bancaria Europea no tuvo en cuenta que algunos países podían declarar la suspensión de pagos, fuese parcial o total, un hecho que afectaría a las entidades con mayor exposición a los mercados de deuda soberana.
Esto ocurrió 'de facto' cuando el 21 de julio los jefes de Estado y de Gobierno de la Eurozona aprobaron el segundo rescate griego que incluía una reestructuración de la deuda equivalente a una quita de 21 por ciento de la deuda helena en manos de algunos bancos, entre ellos Dexia.