A pesar de que no le gusta enfrentarse a los Cuervos, el mariscal de campo Ben Roethlisberger acepta el reto de enfrentarlos en los playoffs de la NFL.
- De acuerdo al periódico The Baltimore Sun, Ben Roethlisberger, quarterback de los Acereros de Pittsburgh, no está exactamente emocionado de enfrentar, por tercera vez en la campaña, a los Cuervos de Baltimore.
"Como competidor, sí, uno lo ama, pero caray, odio jugar contra los Cuervos", reconoció Roethlisberger en una teleconferencia de prensa con reporteros de Baltimore.
"(Los Cuervos) son muy buenos. La defensa, cada persona y cada esquema, todo lo que hacen, todo es un reto para uno. Como competidor, a uno le encantan esos retos. Son muy buenos", agregó.
La última vez que Acereros y Cuervos se enfrentaron fue el 5 de diciembre en Baltimore, duelo en el que Roethlisberger sufrió una fractura en la nariz, cortesía de un golpe inadvertido a su rostro del tacle defensivo Haloti Ngata.
Roethlisberger aseguró que el incidente no fue premeditado e incluso recordó que acusó al jugador equivocado tras la jugada.
"Me tengo que disculpar con Kelly Gregg. Lo culpé durante ese juego. Me tendré que disculpar cuando lo vea en el campo. Realmente le hice pasar un mal momento", señaló el pasador.
Roethlisberger indicó que cuando Cuervos y Acereros juegan, el ganador sale del campo con un sentimiento notablemente más positivo que cuando consigue una victoria sobre otro equipo.
"Lo sé, porque conozco a los jugadores de los Cuervos y sé lo que significa esta rivalidad. Como dije, siempre que Acereros y Cuervos se enfrentan, se trata de un gran juego", sentenció.
Los receptores de los Osos buscan demostrar su calidad
Earl Bennett está molesto por las críticas y los receptores también. Están cansados de escuchar que Chicago carece de un receptor al cual enviarle balones. Todo lo que saben es que los Osos están de vuelta en los playoffs por primera vez en cuatro años y recibirán a Seattle.
"Siempre estamos molestos por las críticas", dijo Bennett. "Escuchamos lo mismo una y otra vez: los Osos de Chicago no tienen receptores. Todos sentimos que todo el mundo en este cuarto es un número uno y simplemente tenemos que seguir saliendo (a la cancha) y demostrarle a todos que están equivocados".
