PAN. Obtiene el respaldo de cinco aspirantes presidenciales, un gobernador y del presidente nacional del partido para cerrar su campaña.
Su rostro lo decía todo. El candidato del PAN a la gubernatura mexiquense, Luis Felipe Bravo Mena no podía ocultar la sonrisa que le provocaba el respaldo de cinco aspirantes presidenciales, un gobernador y del presidente nacional del partido para cerrar su campaña.
Los titulares de Hacienda, Ernesto Cordero; de Educación, Alonso Lujambio; el senador Santiago Creel; la diputada Josefina Vázquez Mota y el gobernador de Jalisco, Emilio González; el gobernador de Sonora, Guillermo Padrés y el líder nacional panista, Gustavo Madero y el coordinador de los senadores, José González Morfín, le levantaban la esperanza al panista: "Estoy seguro que el próximo domingo habrá grandes sorpresas, vamos a ganar".
En contraste a como inició su andar por los 45 días de campaña, donde en su arranque no lo acompañó ningún integrante de la dirigencia nacional del blanquiazul, ahora sí, desde la Plaza de los Mártires al pie del Palacio de Gobierno del Estado de México, el panista echó toda la carne al asador y dijo: "La puerta de Palacio de Gobierno está aquí a sólo unos metros, ocho días y unos metros nos separan para entrar a bien gobernar el Estado de México. Vamos a entrar por esa puerta con el apoyo del pueblo mexiquense".
Desde la misma plaza donde el sábado pasado su adversario, el priista Eruviel Ávila cerró su campaña flanqueado por 11 gobernadores tricolores, Bravo Mena le mandó un mensaje al priismo nacional: "Estoy seguro que el próximo domingo, el 3 de julio habrá sorpresas. A muchos, como decía uno de mis hijos, se les va a caer la baba y no se la van a acabar porque les vamos a ganar".