Manny sabe que su velocidad resulta letal, con ella quiere liquidar a Mosley este sábado en Las Vegas.
La genialidad en el boxeo de Manny Pacquiao incluye pasos que pertenecen a la prestigiosa puesta teatral Riverdance. Sus movimientos poco ortodoxos y desordenados, parecen impuestos por un músico de jazz.
Manny crea ángulos como ningún otro peleador. Aparece, desaparece, cambia posición, golpea, balanceado, desbalanceado. Es su estilo. Interpretación artística, técnica mágica, únicas en Pacquiao y que definen al que tal vez es el mejor boxeador de su generación.
Todo comenzó con un video del artista marcial que se convirtió en su ídolo. Todo inició con el legendario Bruce Lee. El mes pasado, mientras el filipino trabajaba en los ajustes de su técnica para enfrentar este sábado en Las Vegas, Nevada, al estadounidense Shane Mosley en la defensa del Campeonato Mundial Welter de la Organización Mundial de Boxeo (OMB), explicó con tres palabras cómo realiza sus peleas: “Como Bruce Lee”, aseguró.
Mientras crecía en Filipinas, El Pacman estudió a Lee, observó sus películas. Todavía ve con frecuencia el material para coleccionistas que posee, su película favorita es Enter the Dragon (“Operación Dragón”). Alex Ariza, coach de acondicionamiento físico del boxeador, cree que Manny establece la base de sus movimientos en los de Lee.
El ataque continuo, el juego de pies, podían ser burdos, pero Lee era rítmico. Manny hace lo mismo. Cuando debutó en 2001, su estilo era desenfadado, casi descuidado. Impresionó. Buscaba los nocauts, pero luchaba de más con rivales superiores en técnica. Desde entonces, Pacquiao poseía ya sus habilidades naturales.
Porque peleó con la velocidad de los boxeadores a los que admiraba, Pacman fue capaz de acorralar contrincantes, de hacerlos sentir indefensos.
Freddie Roach, el entrenador del también político filipino, subraya de manera especial una de las fortalezas de su pupilo, la que es clave y lo convierte en invencible. “La velocidad es su gran cualidad en el mundo”, señala. Y es evidente. Hace unos días, el legendario comediante Don Rickles conoció al filipino en un entrenamiento y aseguró que le recordaba a Sugar Ray Leonard.
En los inicios de su carrera, Pacman combinaba sus pies —que se movían como relámpagos— con un poder descomunal para un hombre de su estatura. Después de que el mexicano Érik Morales derrotó a Pacquiao en 2005, Roach decidió que el filipino debía encontrar un balance y trabajó en perfeccionar la mano derecha del peleador. En la práctica, Roach le enseñó a Manny cómo tirar jabs, uppercuts, ganchos, combinaciones de cuatro golpes, todo con la mano derecha. Le tomó tres años, pero un peleador completamente diferente se mostró ante David Díaz. Después, el filipino noqueó a Ricky Hatton con su derecha. El trabajo con Pacquiao, los ángulos que crearon, cambiaron la manera de entrenar de Roach, quien asegura que Manny perfecciona su posición en cada ángulo y eso dificulta el contragolpe para los rivales.
Roach y Pacquiao diseñan ángulos específicos para cada contrincante. Roach cree que el futuro del boxeo está en el gran trabajo que el filipino hace con los pies. Mientras Manny asciende en categorías, su entrenador sólo se preocupa en la velocidad que perdería. Pacquiao ni se inmuta. Parte de su genialidad es obra de un misterio y siempre lo será: Bruce Lee.