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Buscan mantener con vida la tradición artesanal del 'Sarape'

Actualmente en el Museo Arocena se exhibe la muestra ‘Sarapes Nacionalistas’

Artesanal. Rubén Tamayo es uno de los pocos artesanos que se dedican a la elaboración de sarape de manera tradicional, actualmente es profesor e investigador del Museo del Sarape y Traje típico de Saltillo.

Artesanal. Rubén Tamayo es uno de los pocos artesanos que se dedican a la elaboración de sarape de manera tradicional, actualmente es profesor e investigador del Museo del Sarape y Traje típico de Saltillo.

YOHAN URIBE JIMÉNEZ

Formas, colores y cifrados, que entre hilos han hecho del sarape, una prenda de identidad en el imaginario colectivo de los mexicanos, ha sido un tradición que desde hace años han conservado, lejos de lo que se piensa, las manos masculinas de cientos de artesanos, hoy desde el Museo Arocena, el testimonio de uno.

Un sarape básicamente es una prenda de vestir masculina y servía para cubrirse de la lluvia o el frío. Es fabricado con algodón o lana de borrego y tejido con hilos de varios colores que le permiten grabar sobre su superficie, formas, letras y figuras, que hacen que la elaboración de un sarape pueda incluso llegar a tardar hasta cuatro meses.

Aunque parezca mentira, es prenda que hizo lucir a los charros de las más importantes películas mexicanas de mariachi, y que también se convirtió en un lienzo donde quedaron grabados los escudos de México durante casi 40 años, fue puesta en jaque por fenómenos como la "piratería" china, que produce sarapes en serie de 500 pesos, y la falta de interés de nuevas generaciones.

Rubén Tamayo, es miembro de una de las dos únicas familias que actualmente tejen sarapes de manera tradicional en el norte de México, trabaja en el Museo del Sarape y traje Típico de Saltillo y nos cuenta cómo la creación de este museo dio un respiro a un oficio artesanal que se encontraba en vía de extinción.

"El museo nos permitió respirar no sólo porque es un espacio donde se exhiben importantes colecciones de esta prenda como la que actualmente se encuentra en el Museo Arocena de visita, sino porque con él vino la creación de una escuela de artesanos tejedores, que buscan volver a hacer del sarape un medio de subsistencia".

Aun cuando la primera generación de esta escuela, que contó en sus filas con cerca de 20 artesanos en capacitación, es un gran idea, una desventaja es que los primeros en tomar clase, lo han hecho por un placer estético, y lo que se busca es formar jóvenes que vean este oficio como un quehacer rentable.

 REIVINDICAR EL OFICIO

"La producción que nosotros realizamos en el Museo, tiene salida comercial, sobre todo con los extranjeros, por eso la idea del proyecto desde hace tres años que se abrió el museo es ofrecer una cadena de formación, producción y comercialización del sarape tradicional, como una prenda de identidad".

Mientras que en los mercados de Coahuila se consiguen sarapes chinos, elaborados con hilos de mala calidad en un promedio de 200 o 300 pesos, un sarape sencillo artesanal, tiene un costo de 3 mil 500 pesos, aunque por su elaboración no puede ser repetido y su proceso tiene en promedio cerca de un mes de elaboración, invirtiendo 8 horas diarias 6 días de la semana.

Aunque en Saltillo y La Laguna se venden más sarapes de Jalisco, Tlaxcala o el Estado de México, éstos se pueden identificar porque son iguales, producidos en serie a través de máquinas de hilar, que no se pueden dibujar, sino únicamente trazar líneas de hilo de color, mientras que un sarape tejido a la manera clásica puede incluso reproducir un retrato.

"Lo que buscamos promover con muestras como la que se exhibe ahorita en el Arocena, es el valor artesanal que tiene una prenda de éstas. Por ejemplo en el museo hemos realizado proyectos como reproducir la obra plástica de un pintor coahuilense en sarape, lo que ha llamado mucho la atención, estamos esperando que con la nueva administración se realice un proyecto de reproducción de obras de artistas de todo el estado".

 UNA VIDA TEJIENDO

En 17 años que Rubén Tamayo tiene tejiendo, ha adquirido una técnica que le permite dibujar formas muy precisas como puede ser un rostro, con sólo ver una fotografía, y manipulando diferentes madejas de hilos de colores a través del telar, sin embargo hasta hace tres años este oficio empezó a ser revalorado.

"Yo empecé a tejer por necesidad económica, haciendo sarapes por encargo, para vender y conseguir dinero. Desde hace tres años que se creó el museo y varias autoridades estatales empezaron a fomentar de nuevo esta prenda, volvió el trabajo, pero por ejemplo hace 5 años nadie se interesaba por el sarape en Saltillo, menos en el resto del estado", agregó el artesano.

En torno a este nuevo proyecto trabajan la esposa de Rubén, sus tres hermanos y un cuñado, que buscan hacer de esta tradición artesanal que antes inmaculó la figura del charro, una prenda de colección que sea embajadora del estado no sólo en el país sino en el extranjero, a través de la formación de nuevos saraperos, que mantengan vivo el oficio.

Muestra

Una mezcla entre la tradición textil y el espíritu nacionalista de una nación, se puede apreciar en el Museo Arocena, a través de la exhibición temporal "Sarapes Nacionalistas", que presenta en coordinación con el Museo del Sarape y Trajes Mexicanos de Saltillo.

En torno a la muestra Rubén Tamayo ofrecerá hoy una demostración de la manera en la que se elabora un sarape tradicional, en la Sala de Exposiciones Temporales del Arocena, donde permanecerá en exhibición esta muestra temporal de "Sarapes Nacionalistas" hasta el próximo mes de marzo de 2012.

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Escrito en: sarape

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