Fiscales federales anunciaron el miércoles que desmantelaron un grupo de tres hombres que presuntamente conspiraron para traficar fusiles semiautomáticos desde Estados Unidos a México.
Uno de ellos, el indocumentado Daniel Bernal Pérez, se declaró culpable de poseer cuatro armas de fuego. Sin embargo, no respondió a un segundo cargo de asociación ilícita para traficar armas, lo que decepcionó a los fiscales, que prometieron llevar el caso a juicio.
Este mes, los otros dos hombres que según los fiscales trabajaban con Bernal Pérez, Darío Rodríguez Gómez y Manuel Gámez Valenzuela, se declararon culpables de confabulación para traficar armas de fuego.
El primero también se declaró culpable de cargos de inmigración ilegal.
Los acusados, que serán sentenciados en unos meses, enfrentan posibles penas de más de cinco años de prisión y multas de más de 250 mil dólares.
Los fiscales dijeron que, tras recibir una pista, vigilaron la casa de Bernal Pérez en Doraville, al norte de Atlanta, en enero de 2010.
Según averiguaron, éste conspiraba con Gámez Valenzuela para comprar ocho a diez fusiles semiautomáticos que enviarían a México.
Los agentes vieron llegar a Rodríguez Gómez, que trajo una caja pesada y se fue con otra vacía, según documentos judiciales. Al allanar la casa, encontraron cuatro fusiles semiautomáticos con cargadores de gran capacidad.
La fiscal federal Sally Quillian Yates dijo que hay un ''camino de armas y violencia que va desde (el estado de) Georgia hasta México y viceversa''.
''Estos acusados compraron fusiles semiautomáticos con la intención de transportarlos a México, donde sin duda habrían terminado en las manos de los miembros de los cárteles de la droga extremadamente violentos que operan allí'', agregó.