Además de ofrecer un zapato moderno se destaca su calidad en los cortes y acabados.
“Para las mujeres, el zapato es una de las cosas más importantes en la vida, tienen muchos pero siempre les hacen falta unos nuevos en su clóset”, así lo afirma el diseñador Gabrielle Sartori de la firma Carlo Rossetti, un buscador incansable de la perfección en el calzado femenino.
Sartori proviene de una familia de zapateros venecianos, de quienes aprendió la filosofía de crear calzado con una sensibilidad especial relacionada con el arte.
Ahí desarrolló su ingenio y le dio el valor a cada pieza, con la que desde hace años conquista a la mujer, poniendo a sus pies la comodidad máxima con un toque de sofisticación y estilo.
“Crecí en una familia dedicada al oficio del zapato, yo comencé a los 18 años y me formé con la escuela de allá; primero trabajando en la empresa familiar arduamente y todo el aprendizaje de entonces lo aplico hoy en día para dar origen a un concepto innovador y dedicado a la mujer moderna”, destacó Sartori.
La marca mexicana Carlo Rossetti -a la que el diseñador se integró hace 15 años- surgió en 1980. Esta empresa, es heredera de una enorme tradición zapatera que iniciara en 1937 don Lorenzo Rodríguez Garza con Calzado Cóndor, representa una de las cartas fuertes del zapato de dama hecho en León, pues además de venderse con éxito en toda la República Mexicana, actualmente se exporta a Estados Unidos, Colombia, Canadá y Japón, dos de los mercados más importantes del mundo.
“Es cierto que la mujer muchas veces con tal de estar a la moda sacrifica un poco su comodidad, y hemos pensado mucho en esto para crear calzado que esté a la moda con toda la comodidad necesaria.
“Realizamos estudios específicos sobre ergonomía, revisamos los diferentes tipos de pies y tratamos de cubrir cualquier forma, cualquier característica, que si es muy delgado o tiene un empeine muy bajo, hacemos hormas especiales.
Como hoy en día en Europa y otras partes del mundo está de moda la plataforma en los zapatos, la lanzamos pero pensamos primero en la forma que pueda dar forma y comodidad necesaria al cuerpo de la mujer sin que corra riesgos”.
Para este creativo un zapato no sólo es un complemento básico, sino que va más allá de la simple utilidad, puede ser una forma de expresión en la que formas, texturas, colores y otros elementos se combinan para convertirse en un objeto de deseo.
“El zapato es el complemento de la vida misma. Nosotros creamos contrastes con textiles como encaje, lino o mezclilla, además de que cumplimos los caprichos de la mujer al máximo, como en el caso de la suela roja que está muy de moda, lo pusimos porque parece un complemento muy chic, y hay que aceptarlo, muchas veces buscan sólo la suela roja y no tanto el zapato”.
Sus productos van siempre a la vanguardia en la moda, recibiendo una influencia directa de la moda italiana con la que intentan consentir a la mujer mexicana.
“La mujer mexicana estaba un poco atrapada en el tradicionalismo en cuestión de zapatos, ahora se enfoca más al diseño de vanguardia y comienza a arriesgarse más y la vemos usando plataformas, muy en tendencia”, concluye Sartori.