Fuerzas leales al gobierno de Moamar Gadafi cañonearon varias poblaciones el martes al tratar de asentarse en los altos de una cordillera occidental, en tanto un funcionario de la ONU pidió ayuda para unos dos millones de personas desplazadas por los combates entre gadafistas e insurrectos.
El coordinador humanitario de la ONU para Libia, Panos Moumtzis, dijo que 1.6 millones de personas en el país norafricano necesitan ayuda porque los combates han trastornado los servicios básicos y agotado las reservas de alimentos y medicamentos.
Dijo que también requieren ayuda otras 500,000, que han cruzado las fronteras a Egipto, Túnez y otros países de la región. Moumtzis pidió 408 millones de dólares a los donantes internacionales para financiar la ayuda hasta septiembre.
Gadafi, que gobierna Libia desde hace más de 40 años, utiliza sus fuerzas armadas y milicias para tratar de aplastar una insurrección iniciada en febrero, que busca derrocarlo.
Por otra parte, fiscales de la Corte Penal Internacional advirtieron a funcionarios libios el miércoles, en una carta al canciller Abdelati al-Obeidi, que se los juzgará si intentan encubrir los crímenes de las fuerzas leales a Gadafi.
La carta informa oficialmente a al-Obeidi que el fiscal Luis Moreno Ocampo ha pedido órdenes de arresto para Gadafi, su hijo Seif al-Islam Gadafi y el jefe de inteligencia Abdalá al-Sanoussi. Los jueces de la CPI deben decidir ahora si emiten esas órdenes.
Moreno Ocampo acusó a los tres de asesinato y persecución por ordenar, planificar y participar de los ataques a civiles.
La carta del fiscal argentino también destaca que la corte tiene jurisdicción en Libia porque la investigación fue dispuesta por el Consejo de Seguridad de la ONU, argumento rechazado por el gobierno libio.
Fuentes rebeldes dijeron el miércoles que las fuerzas de Gadafi disparaban sus cañones sobre poblaciones en las montañas occidentales. BelJassem, un ciudadano convertido en combatiente de una aldea cercana, dijo que los gadafistas lanzaban misiles Grad y granadas a los pobladores, atrapados y privados de comida y medicinas.
"Cavamos trincheras y nos ocultamos allí de noche", dijo BelJassem, que se identificó sólo por su nombre por miedo a las represalias.
Medghamas Abu-Zakhar, otro insurrecto, dijo que los Gadafistas estaban cañoneando las aldeas en lo alto de la cordillera de Nafusa para controlar el terreno alto.
