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Capacidad de amar

No hagas cosas buenas...

ENRIQUE IRAZOQUI

Desde ayer ostenta ya el poder constitucionalmente el licenciado Rubén Moreira Valdez. Tal como lo dicta el marco jurídico regulatorio correspondiente, el mandato del abogado Moreira durará hasta el último minuto de noviembre de 2017.

La ceremonia en la que se llevó a cabo la toma de poderes fue novedosa en cierta forma, ya que para empezar habían pasado décadas para que la rendición de protesta del nuevo gobernador se hiciera propiamente en el recinto del Congreso local, lo cual de suyo es ya un signo del perfil de quien gobierna formalmente el Estado -el poder material lo tenía desde hace varios meses-.

A la misma, se dieron cita personalidades de la política nacional priista. Los gobernadores de los estados de Aguascalientes, Nuevo León, Zacatecas, Tamaulipas, Hidalgo, Estado de México, Campeche, San Luis Potosí, Quintana Roo e Hidalgo; más otros tantos exgobernadores, destacando por supuesto Enrique Peña Nieto, precandidato único del PRI a la presidencia de la república. También estuvieron Ismael Hernández Deras, de Durango; Fidel Herrera, de Veracruz; Roberto Madrazo - sí el otrora poderoso presidente del PRI- y Miguel Ángel Núñez; de Hidalgo. Es pertinente preguntarse por qué no acudieron los vecinos de Chihuahua, César Duarte, y sobre todo, Jorge Herrera Caldera de Durango ¿acaso sigue la relación fría como lo fue entre Humberto e Ismael? Asistió también el líder de la fracción priista de la Cámara de Diputados, Francisco Rojas, a quien Moreira lo llamó "Jefe Rojas." La presencia del flamante Secretario de Gobernación, el doctor Alejandro Poiré era para darle la formalidad republicana requerida.

Importantes empresarios y personalidades de la farándula y el deporte también acompañaron en la ceremonia al nuevo gobernante. Incluso, el obispo de Torreón, José Guadalupe Galván, no así el saltillense Raúl Vera, lo que también causa extrañeza, quizá por las declaraciones hechas por el prelado hace algunos días acerca de la deuda.

Afuera del Congreso hubo las manifestaciones esperadas: por un lado los grupos de apoyo a los hermanos Moreira y por el otro los panistas que reclamaban todo lo relativo al asunto de la deuda del Estado. Como el evento se tenía preparado con antelación, la seguridad de los recintos donde se llevarían a cabo los actos estaba suficientemente nutrida para impedir el acceso de personas no contempladas, con el claro fin obtenido de evitar alborotos que estropearan la fiesta del gobernador recién ungido.

En todo ello, lo más relevante pudiese ser las directrices que dictó Rubén Moreira de lo que habrá de ser su gobierno, y me parece que a lo que hay que ponerle especial cuidado es al ángulo que le pretende dar a su administración, que claramente promete ser muy puntual en el aspecto de desarrollo humano que lo que se refiere al desarrollo material.

Con toda la razón, en el discurso que ofreció en un salón en la capital del estado denominado Villa Ferré, Rubén Moreira fue enfático al señalar que Coahuila tiene áreas de desarrollo humano urgentes qué atender, incluso por encima del desarrollo económico. Este estado tiene uno de los más altos índices de obesidad, de cáncer, problemas cardiacos y endócrinos, y él dice que trabajará para mejorar en ello.

Ciertamente lo acusa la razón en preguntar de qué sirve la riqueza si no se goza de salud. En el mismo tenor, hace ofertas de que será férreo garante de la observancia de los derechos humanos, y relata la información de reporte donde se dice las condiciones infrahumanas en las que laboran algunos mineros coahuilenses en la extracción de carbón, incluso con el trabajo de niños. Pondera también la importancia del respeto a la capacidad de amarse entre homosexuales - no lo dijo así, pero en síntesis es la idea- así como machacar la intención de tener condiciones para la felicidad.

Moreira tiene el propósito de hacer una nueva Constitución para Coahuila de Zaragoza, donde ciertamente quiere incluir en las normas, temas como la igualdad de género a nivel más preciso, cuidado del medio ambiente y condiciones laborales equitativas, entre otros buenos deseos.

Ante todo esto, se puede entonces anticipar que Rubén a diferencia de su hermano, será un gobernador mucho más preocupado por el orden que a él le parezca, su condición de abogado lo hace distinto en ese punto a su carnal. Pero también muestra que su perfil es mucho más estatista que el de su predecesor y quizá lo más peligroso: tiene la convicción de que el Estado debe entrometerse en las capacidades de ser felices y de amar de los individuos, y eso lo convierte en la clase de políticos como Andrés Manuel López Obrador, que ofrecen la consolidación de la República Amorosa.

Después de leer el texto completo del mensaje, se puede destacar que ciertamente Rubén es una persona inteligente y cultivada, merced del discurso pronunciado. Evoca la claridad que se debe tener en un Estado eficiente a través de leyes adecuadas para ello. Sin embargo, por supuesto que hay que nuevamente reclamar que de la deuda, ni una palabra, y eso no es poca cosa. También demuestra que es un hombre interesado en que los coahuilenses amen; qué peculiar.

eirazoqui@elsiglodetorreon.com.mx

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