Su materia prima son los desechos de computadoras, celulares y aparatos electrónicos. Su herramienta, cautines y poner énfasis en el reciclaje cibernético.
Su nombre es Ricardo Perea, un capitalino de 39 años, vecino de la colonia Guerrero quien hace “robots” y los vende en la esquina de Balderas y Morelos, en la colonia Centro. A ello añade el impartir talleres de mecánica “experimental” a niños.
“Una de mis propuestas es el reciclaje cibernético. Todo lo que es el desperdicio electrónico lo recupero y lo transformo en alguna tecnología o robot; para que haya menos contaminación”, menciona.
Motores, leds, circuitos, memorias y cables son algunos productos que recupera de impresoras, fotocopiadoras, equipos electrónicos en desuso que encuentra en la calle y basureros. Incluso empleados de tiendas que reparan equipos y empresas de desperdicio industrial le donan piezas.
“Como vivo cerca de Tepito (populoso barrio de la ciudad de México), ahí hay mucho desperdicio electrónico porque se dedican a vender estos aparatos”, cuenta. Actualmente, Ricardo trabaja en un proyecto para que en el llamado “Barrio Bravo” reciclen estos productos.
Pasión de infancia lo motiva
Desde que era niño, Ricardo Perea mostró habilidad para construir cosas y arreglar los aparatos de casa. Al paso de los años, aprendió de forma autodidacta cómo hacer robots. Tomo algunos cursos y ha investigado por su cuenta. Ahora participa en concursos de reciclaje, como en el Pepenafest.
“Mi papá se dedicaba a arreglar motores y de ahí me nació la idea de reciclar y hacer ‘robots’, aunque siempre desde chico me gustó armar carritos, brazos, lo que sea”. A partir del 2006, esta afición tomó un sentido ambientalista “con mi propuesta de reciclaje cibernético”.
Su proyecto surgió para reducir la contaminación de electrónicos, tema que asegura, hasta el momento, “no ha captado la atención que requiere” por parte de sociedad y autoridades.
“Mi preocupación es que ya hay mucho desperdicio electrónico y no saben que hacer con él, por eso el reciclaje cibernético es mi apuesta”, concluye.