La gobernadora de Carolina del Sur, Nikki Haley, promulgó ayer lunes una ley sobre la inmigración indocumentada que obliga a la Policía estatal a solicitar la intervención de las autoridades migratorias federales contra las personas que sospeche están ilegalmente en Estados Unidos.
La pregunta sobre la condición migratoria de los sospechosos deberá hacerse en caso de detención o de una intercepción de tráfico.
La ley prohíbe que los agentes detengan a alguien solamente por sospechar que esté en una situación migratoria irregular.
Haley, del Partido Republicano, dijo que la nueva ley no provocará acciones policiales por motivos raciales y recordó que sus padres fueron indocumentados, de la India. Las acciones policiales por motivos raciales son una cuestión problemática, dijo la Asociación Nacional para la Defensa de los Derechos Civiles al anunciar su intención de impugnar la ley.
La legislación también considera un delito grave la falsificación de identificaciones con fotografía para indocumentados.
SIGUE MOVILIZACIÓN EN ALABAMA
Mientras que en una enorme multitud vestida de blanco y con velas marchó calladamente el sábado por la noche en una protesta organizada por iglesias y otros grupos religiosos en rechazo a la nueva ley de Alabama contra la inmigración ilegal, informaron ayer los medios.